Sinopsis

1K 68 12
                                    


Desde que murieron mis padres todo cambio para mi, eran la ultima familia que me quedaba y ahora estoy sola.... Bueno, no completamente sola, tengo a mi novio Michael que ha estado pendiente de mi desde entonces. Empezamos a salir antes de que todo esto pasara, el conmigo ha sido una persona muy especial, siempre atento, siempre cariñoso y amable. Pero desde que murieron mis padres decidimos mudarnos de ciudad, el consiguió un trabajo en Nueva York y decidí irme con el.

Tengo 20 años y no, no voy a la universidad, la dejé cuando murieron mis padres porque no tenía como sostenerme yo sola, y esa es una de las razones por las que decidí irme con Michael, el prometió cuidarme. Las cosas empezaron a cambiar cuando llegamos, su actitud hacia mi también ha cambiado, ya no era el mismo que cuando nos conocimos, su mirada se ha vuelto más fría y ya casi ni hablamos, cuando le digo algo que me molesta se pone a la defensiva y comienza a gritar... todo ha cambiado...

Cuando el decide irse a trabajar aprovecho para salir de casa - a el no le gusta que salga cuando ya ha llegado el a casa- Camino por la manzana y luego me detengo en una pequeña cafetería donde siempre pido un café y me pongo a leer mis libros favoritos, se ha vuelto toda una rutina. Cerca de esta cafetería está el campus de una universidad, no se exactamente cual es ya que no me he atrevido a ir a verla, cada vez que pienso en eso extraño las ganas de ir a la universidad así que no lo hago. Desde que empezó el semestre he notado que en esta misma cafetería siempre se sienta un grupo de amigos a charlar, son dos chicas y tres chicos.

Uno de ellos, el más guapo a mi parecer, siempre me observa cuando entra a la cafetería. Tiene cabello castaño, es alto y tiene buen cuerpo, se nota que hace ejercicio. Sus ojos color miel lo que más me gusta, siempre está mirando alrededor y paran cuando me ven, como si estuviera buscando que yo esté aquí, y casi siempre hacemos contacto visual, pero nunca hemos hablado, no quiero hablarle, se lo mucho que se molestaría Michael si lo hago... Ni siquiera quiero hacerlo para  coquetearle, solo extraño poder compartir con otra gente y tener amigos.

las semanas pasaron, y finalmente un día este chico este chico se levanta de su mesa, se acerca a mi y se sienta en frente mío. Las manos me sudan, ¿por que? Creo que me he vuelto muy estupida cuando toca socializar con gente, es como si  me hubiera olvidado socializar...

- Hola, lamento si te interrumpo, es que te he visto aquí todos los días y al final me decidí en venir a hablarte, ¿Como te llamas? - Dice el, su voz es grave y sexy, me gusta.

- Taylor, ¿Y tu?

- Scott, un gusto conocerte al fin.

El sonríe y me tiende la mano, lo miro dudosa un segundo, pero al final la acepto y sonrió de vuelta.

Y ahí estaba yo, sonriendo... Si en ese entonces ambos hubiéramos sabido cómo iba a terminar todo, conocernos nunca hubiera sido una opción.

Cuenta regresivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora