Desde que te conocí (Jenlisa)

Capítulo 2

Habían pasado ya tres horas desde que sucedió aquel acontecimiento. Jennie miraba su celular preocupada, casi eran las nueve de la noche y Lalisa no le había mandado algún mensaje, comenzaba a desesperarse. Pueden pensar que estaría exagerando, pero siempre, sin importar la situación se escribían cuando llegaban cada una a su casa o si salían a algún lado, era algún tipo de ritual que tenían.

La madre de Lalisa acababa de llegar de un arduo día de trabajo, al igual que el señor Manoban. Ambos entraron a su hogar y vieron a Taehyung sentado en el sofá viendo televisión, este escuchó ruido y se levantó del sofá.

—Lisa, ¿eres tú?— preguntó y puso cara de decepción cuando miró que eran sus padres, quienes no tardaron en poner cara de extrañamiento al escuchar la pregunta de su hijo mayor.

—¿Cómo qué Lalisa no ha llegado? Le dije esta mañana que llegará temprano y mira la hora que es, cuando llegue me va a escuchar.—suspiró la señora Manoban, Louise para ser exactos. Miro bien la hora en su reloj de muñeca y eran las ocho con cuarenta y cinco de la noche. Comenzó a despojarse de sus cosas, al igual que Liam, el padre de Lisa. Louise tomó su teléfono y comenzó a llamar a su hija menor, está no contestaba su celular y se iba a buzón. Llamó dos veces más y sucedía lo mismo, decidió llamar a Jennie, Louise sospechaba que su hija debía estar con la pelinegra, la menor se desvivía por la mayor y siempre estaban juntas, no es que su hija saliera con muchas personas de igual modo.

—¿Diga?—contestó una Jennie suavemente.

—Jennie, cariño. ¿Cómo estás? Te llamó para saber si Lalisa está contigo, tenía que llegar temprano a casa y mira la hora que es.—explicó la madre de Lalisa brevemente.

—No está conmigo, señora Manoban.—bueno, Jennie comenzaba a preocuparse al igual que Louise.

—Está bien, ¿sabes si saldría con alguien más?—preguntó con una leve esperanza de poder localizar a su hija, no era normal que demorara tanto sin avisarle a sus padres.

—No me ha dicho nada, cuando nos despedimos ella estaba recogiendo su bicicleta para marcharse ya.—respondió Jennie.

—Está bien, cariño. Te llamó si pasa algo.—se despidió la señora Manoban y Jennie solo musitó un "ujum" antes de colgar. Jennie comenzó a llamar a Lisa pero le sucedió lo mismo que a Louise. Entonces, llamó a varios de los amigos cercanos de Lisa, como Rosé, Jisoo, Seulgi, Irene, un chico llamado Eduard, un pelirrojo con tatuajes que a veces se juntaba con la rubia a molestar por ahí. Cada uno de ellos negó estar con la rubia, y allí Jennie comenzó a desesperarse, sentía una opresión en el pecho, como si algo malo estuviera pasando. Sus ojos se cristalizaron y se le hizo un nudo en la garganta, Lisa no desaparecía así porque sí.

En la casa de los Manoban, ya comenzaba a sentirse una tensión por no saber nada de la rubia. Siguieron insistiendo llamando al número de la rubia hasta que alguien descolgó la llamada, sin esperar que la otra persona hablara la señora Manoban comenzó a hablar.

—Lalisa, ¿se puede saber en dónde carajos es...—fue interrumpida por una voz.

—Señora, no soy quien cree. Le contestamos de la comisaría, encontramos las cosas de al parecer su hija tiradas en el barrio Daegun.—aquellas palabras bastaron para que la señora Manoban empezara a temblar.—sería importante que se acercara en estos momentos a la comisaría de Yil, sospechamos que su hija fue víctima de secuestro.

Louise soltó un jadeo.—¿Se...Secuestro?—la señora Manoban comenzó a sollozar y Liam, tomó el celular de su esposa y concluyó la conversación con el policía. Tae se acercó a su madre a abrazarla. El señor Manoban se acercó a su esposa, y se miraron. Ambos asintieron, su hijo no entendía como se comunicaban sin hablar. Los dos comenzaron a recoger varias cosas para salir y dirigirse a la comisaría que le habían dicho.