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Dani;

Me desperté, como siempre, tarde y llegue al colegio tarde. Esta vez me pusieron media falta, pero igual me dejaron pasar. En la primera hora teníamos historia y en la segunda teníamos matemática.

La primera hora paso meso menos rápido, pero yo no quería que llegue la segunda. Tendría que terminar el trabajo con Valentin y no quería ni verlo.

Lamentablemente llegó la segunda hora y la profesora lo primero que hizo fue pedir que nos pongamos con nuestra pareja para terminar el trabajo.

Valentin claramente me hizo ir hasta su banco. Estabamos en el fondo de todo, ahí si me mataba no se enteraba nadie, era como un callejón o así lo veía yo.

—Saca tus cosas — le dije al ver que no sacaba nada de la materia.

—¿Por qué?

—Porque hay que terminar el trabajo, así que saca tus cosas. Se que no te caigo bien y que me odias, es un sentimiento mutuo, pero si no queres que nos juntemos mas tenemos que terminar el trabajo rápido

Rodó los ojos por todo lo que le dije, pero sacó sus cosas.

—Vos hace uno y yo hago el otro — le indiqué. 

Me puse a hacer el ejercicio que me correspondía. Cada tanto sentí su pierna rozar la mía y eso me desconcentraba un poco, pero sabiendo que él quería que pasara eso lo empecé a ignorar.

También estaba sentado del lado derecho y yo del lado izquierdo. Él era zurdo así que su mano muchas veces rozaba la mía, yo siempre lo ignoraba ya que era involuntario debido a la manera en la que estabamos sentados.

—Ya terminé — avisó con cierta duda en su voz —, pero creo que esta mal

—¿Por qué? — le pregunté con pesadez.

—Me dio mas de diez millones..

Claramente la cuenta no podía dar eso.

Mire su hoja y todo lo que hizo estaba completamente mal, todo. Habían números que ni siquiera estaban en la cuenta.

Como pasó en su casa; tuvimos que volver a hacer ese ejercicio. No llegamos a hacer mas porque me quedé explicándole cosas a Valentin y corrigiendole todo lo que había hecho mal.

(...)

Pasó el recreo y por suerte Valentin ni se me había acercado. Claramente cuando pasó la hora de matemática volví a mi lugar.

El resto de horas pasaron rápido, pero yo no quería irme. Irme implicaba ir a la casa de Valentin, para eso prefería quedarme en el colegio.

—Vamos putita — dijo esa típica que voz que tanto odiaba. 

—Dale vamos 

Salimos del colegio y nos dirigimos a su casa.

A mitad de camino sentí como me agarró de la muñeca. Iba reclamarle algo, pero él se me adelantó.

—Sé que no querés venir. Podes darte vuelta y salir corriendo, pero yo quiero terminar rápido el trabajo y para eso te necesito a vos. — explicó sin mirarme.

Aflojó un poco el agarré en mi muñeca y seguimos caminando como si nada.

Llegamos a su casa y entramos. Volví a mirar todo y Valentin volvió a decir lo mismo que ayer.

—No hay nadie. Vamos a mi pieza, apúrate — dijo agarrando mi mano antes de que la pueda apartar. Solté un bufido y me dejé guiar por él.

Entramos en su pieza y sacamos las cosas para hacer el trabajo.

—Hoy hacemos sólo cinco — afirmó con su voz rasposa. Asentí y terminé de sacar las cosas.

(...)

Estuvimos tres horas haciendo cinco ejercicios. Era muy difícil trabajar con Valentin, lo mande a hacer dos ejercicios y los hizo mal, le expliqué como hacerlos y los volvió a hacer mal, así que tuvimos que hacerlo entre los dos. Eso nos consumió como una hora y media. 

Después entré que Valentin me pedía que le explique las cosas ochenta veces, se distraía y se quejaba de todo estuvimos una hora y media mas.

Por suerte ya habíamos hecho los cinco ejercicios y ya me podía ir a mi casa.

—Chau Valentin — lo saludé cuando me abrió la puerta para irme.

—Chau Daniel

Salí de su casa y caminé a la mía.

Cuando llegue me dí cuenta que no le había avisado a mi mamá. Ahora si me iba chanclazo.

—Daniel Ribba, adentro ya — dijo mi mamá agarrándome de la oreja para que entré a mi casa. —. Otra vez te vas sin avisar, estuvimos llamándote y mandándote mensajes y no contestabas ninguno. Tuvimos que llamar a Mateo y él nos dijo que seguramente estabas terminando el trabajo, pero esta vez no te salvas..

Después de comerme una cagada a pedo de mi mamá decidí ir bañarme, si no alto mugriento.

Estaba agotado y sabía que mañana se venía mas de esto. 

Tengo sueño, chau


Machito; wosaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora