La brisa estaba fuerte, movía mi cabello dejándolo como si un tornado hubiese pasado por el; los pájaros cantaban y revoloteaban alrededor de los árboles, y el césped estaba húmedo por la reciente lluvia. Sin saber a donde ir, emprendí mi camino a quien sabe donde buscando señales de vida, donde me encontré con una que otra ardilla.
¿Que hago aquí?
Caminé y caminé, pero sólo logré que el trayecto se hiciera mas largo, cuándo pensé que nunca acabaría llegué a visualizar un cuerpo a lo lejos, pero el resplandor del sol no me dejaba distinguir quien era.
Seguí caminando esperar a llegar a la persona que estaba parada en la punta de la colina. Dios, mi piernas ya no funcionan. Intenté correr, pero mi intento fue en vano. ¡Vamos, piernas! Quiero saber que hago aquí. Seguí corriendo con mi lengua de corbata debido al cansancio.
— ¡Corre, Nina!— me gritó una voz masculina. ¿Quien es? Esa no es la voz de mi hermano, ni de papá.
— ¿Qu... Quien... e... er... es? — pregunté con el corazón en las manos y una opresión en mis pulmones que me impedía respirar
Bueno momento para un ataque de asma. Gracias, sistema respiratorio de mierda.— Corre y lo sabrás — sentí que lo decía en mi oído, como un susurro ocasionando que mis vellos se erizaran. Giré mi cabeza con la esperanza de que esa persona estuviera a mi lado y no tener que correr más.
Pero sólo encontré un espacio negro, donde había estado el sol, el cual se hacia cada vez más grande, haciendo que corriera por miedo a que me llevara consigo.
El agujero estaba pisandome los talones. Corrí y decidí que no importa si muero de un puto ataque de asma, quiero saber quien esa persona.
Cuando por fin llegué a la cima, el chico se encontraba de espaldas a mi, en un intento fallido por tocar su hombro caí al suelo de rodillas.
—Ay... Ayuu... da... me — dije lo más alto que mi corazón y mis cuerdas vocales me permitían.
El chico se dio la vuelta lentamente, mostrando a la luz unos ojos marrones profundos que me miraban expectantes, con una sonrisa ladeada y su cabello sensualmente alborotado, mientras me tendía su mano.
No...
No puede ser.
—Hola, Nina. Tiempo sin vernos...
Desperté de repente bañada en sudor y con la bilis sustituida por mi corazón. Tratando de calmarme pensé en el sueño que tuve.
No.
No, por favor...
Ocurren cosas malas cada vez que sueño con... Esa persona.
No otra vez.
Maldito imbécil.
Hi~ esta es mi nueva novela.
*aplausos*
Ahora es que vendran cosas interesantes chicuelos *evil face*
Espero y les guste y quizas mañana lo suba sino pasado
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Bienvenido al infierno
Teen Fiction¿Que puedo esperar de un imbécil en potencia? Y pensar que casi fue mi novio esta gran pila de caca. No va a jugar conmigo otra vez. Yo, Nina Yelm, hare de la vida de Christopher Freg, un infierno.