Tres lobos y un filete de tiburón

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Makoto, Haruka y Sousuke, sentados en una mesa demasiado pequeña para tres personas en la terraza de una cafetería, bajo un parasol que apenas si alcanzaba a cubrir sus anchas espaldas del sol del atardecer, intercambiando miradas silenciosas, y discreta-directamente amenazadoras, daban una imagen tanto intimidante como graciosa, a los demás clientes del establecimiento que guardaban un par de mesas de distancia con ellos. Ver a los tres, era como ver un trío de lobos rodeando un filete, decidiendo en base al aire, quien debía hincarle el diente, y quienes debían quedarse viendo como el primero se agasajaba. Aunque Makoto era más como un lanudo San Bernardo, y Haruka como un Terrier. Como fuera, la cuestión, lo importante que no se discutía aun pero estaba ahí, y era la razón de su encuentro, era el filete... el filete de tiburón que los tres querían.

Todo había comenzado el día anterior, cuando Sousuke y Rin se encontraron con Makoto y Haruka en la tienda de deportes, a donde habían ido los primeros para comprar una nueva hombrera para el tiburón ballena, y los segundos, por nuevos trajes de baño. Su encuentro se dio en la caja, donde Rin saludó alegre a Haruka y Makoto, Makoto correspondió amable, Haruka asintió a Rin e ignoró a Sousuke, y Sousuke quiso matar a Haruka y terminó ignorando por ello a Makoto.

Mientras la fila avanzaba, los cuatro amigos charlaban sobre los entrenamientos y las competencias que tenían en puerta. Casi pasando a pagar, la plática en la cual Makoto y Rin eran los principales conversadores, se vio interrumpida por un mensaje al celular del pelirrojo, que acostumbrado a atender de inmediato por si se trataba de cuestiones del club, lo leyó. Bajó los hombros y pasó una mano por su cuello respondiendo con una afirmativa.

-¿Quién era, Rin? -preguntó Sousuke, avanzando.

-Nitori -respondió sin muchas ganas, guardándose el celular-. Quiere que lo acompañe mañana a ver una película, al mediodía.

Repentinamente interesados en el tema, Makoto y Haruka guardaron silencio, atentos a las palabras del capitán de Samezuka.

-¿Irás? -quiso saber Sousuke, fingiendo que revisaba las instrucciones de la hombrera.

-Iré. Además dijo que tenía algo importante que decirme -pasó una mano por sus cabellos.

Los ojos verdosos de Sousuke se opacaron, lo que no pasó desapercibido para los otros dos, que continuaban sin decir palabra, aunque Makoto apretaba demasiado el bañador que tenía sostenido en el puño, y Haruka parecía exageradamente interesado en las revistas de ciclismo en la repisa a su izquierda.

Tras pagar, la despedida sobrevino demasiado rápido para el gusto de Rin, que tuvo que quedarse con la compañía de un parco Sousuke, hasta llegar a los dormitorios de Samezuka.

Al día siguiente, al levantarse, Rin notó que Sousuke no estaba en la habitación que compartía con él. No le dio muchas vueltas al asunto, se dio una ducha y para las 11 estaba vestido y listo para salir. Como Nitori no había pasado la noche anterior en Samezuka, Rin salió de la escuela para ir a su encuentro en el punto de reunión.

Justamente a las 12, recargado contra la pared del cine, Rin esperaba la llegada de su kohai, mirando distraídamente al cielo, sin ser consciente de que tres pares de ojos lo observaban.

Nitori llegó con un retraso de cinco minutos, por lo que Rin lo riñó, para luego palmear su cabeza al escuchar sus repetidas disculpas.

-¿Qué es lo que tienes que decirme? -preguntó Rin.

Las mejillas del menor se sonrojaron de golpe, y bajó la cabeza al suelo, temblando ligeramente, mirando de soslayo, de vez en vez, a su sempai.

-Se lo diré, c-cuando hayamos salido de la película -respondió apretando los parpados.

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⏰ Última actualización: Dec 11, 2014 ⏰

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