Habían perdido contra Thanos. El chasquido no solo había eliminado a la mitad del universo, parecía también que había acabado con la esperanza de hacer algo para remediar la situación. Aquel era un secreto a voces. Todos los que habían sobrevivido seguían trabajando para ayudar a los demás, pero siendo conscientes de que sin un nuevo elemento en la jugada, enfrentarse de nuevo a Thanos sería un suicidio.
Natasha y Steve regresaron a la base Vengadores para confirmar el número de personal que les restaba. Rogers, quien siempre veía el lado bueno de todo, ahora permanecía mucho tiempo callado. Era difícil mostrarse con ánimos después de haber perdido a varios amigos al mismo tiempo.
La rusa había intentado hacer todo tipo de actividades para distraerse debido a que solo lograba dormir dos horas por las noches. En el día acostumbraba trabajar, pero no podía hacer lo mismo todo el tiempo o corría el riesgo de sentir que no avanzaba. Entrar en depresión o el desesperarse no ayudaría a nadie.
Probó con prácticas de tiro, boxeo y con yoga, pero nada funcionó tan bien como la danza. Tardó tres noches en acondicionar una sala para su uso. Los espejos en un lado de la habitación fueron necesarios para poder observar mejor sus movimientos. La rutina diaria comenzó a ser menos agobiante. Buscar la forma de dar con el paradero de Tony o con el del titán morado era como tratar de encontrar una aguja en un pajar. No podían simplemente construir una nave y salir a explorar el universo.
En una noche de insomnio, Rogers estaba caminando por los pasillos de la base cuando escuchó algo de música. Siguió la pista hasta detenerse frente a una de las habitaciones que había pensado que estaba desocupada. Dudó antes de abrir la puerta silenciosamente. Contuvo el aliento al ver a Natasha del otro lado. Ella había recogido su cabello rubio, estaba vestida con mayas negras y zapatillas de baile de color rosa claro. La mujer se movía con armonía siguiendo la suave melodía.
Steve creyó estar soñando al ver tanta perfección frente a sus ojos. La rubia se detuvo al ver el reflejo del hombre. Volteó esperando algún comentario pero él no dijo nada. Entonces ella se acercó al reproductor de música para pausar la pieza.
-Nunca te había visto bailar -comentó sin poder evitar mostrarse algo aturdido.
-Hace tiempo que no lo hacía. Me ayuda a liberar un poco de estrés.
-No soy un experto en el tema, pero lo que alcancé a ver está muy cerca de la perfección, Nat.
-Gracias -sonrió levemente-. ¿Qué haces despierto?
-Tuve una pesadilla sobre el día que perdimos y no pude volver a dormir.
- Quizá pueda ayudarte a sentirte un poco mejor, puedo mostrarte unos pasos sencillos.
Would you dance if I asked you to dance?
Or would you run and never look back?
Would you cry if you saw me crying?
And would you save my soul tonight?
La mujer buscó una canción menos lenta y clásica. No deseaba tener que bailar tan cerca del capitán. Sería mejor para los dos mantener cierta distancia. El hombre dudó antes de adentrarse en la habitación, aceptó recordando que Sam siempre decía que el hecho de tener algo importante en mente no era excusa para desaprovechar la oportunidad de divertirse. La nueva melodía era mucho más alegre y la rusa comenzó a mover las manos, chasqueando los dedos al ritmo de la música. Natasha le mostró como mover los pies y los brazos para comenzar.
-Quiero que respires profundo y dejes de pensar.
El americano siguió las indicaciones de la rubia. Poco a poco, su cuerpo fue sintiéndose menos rígido y sus caderas acompañaron el movimiento de sus manos. Ella se sintió entusiasmada y le mostró más pasos. Se entretuvieron hasta que los rayos del sol comenzaron a iluminar el jardín, lo cual los llevó a regresar a sus actividades diarias.
ESTÁS LEYENDO
HERO [𝖱𝗈𝗆𝖺𝗇𝗈𝗀𝖾𝗋𝗌]
Fanfiction#SongficRomanogersChallenge 𝗟𝗼𝘀 𝗽𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝗷𝗲𝘀 𝗻𝗼 𝗺𝗲 𝗽𝗲𝗿𝘁𝗲𝗻𝗲𝗰𝗲𝗻, 𝗹𝗮 𝗵𝗶𝘀𝘁𝗼𝗿𝗶𝗮 𝘀𝗶́.