—Hola —Saludó Ashton con una carcajada.
—Hola —Contestó ella del mismo modo.
Ambos se quedaron mirando unos cortos minutos.
—Y...¿Qué haces en el metro a estas altas horas? —Preguntó curioso.
—Pues...uhm...salgo a estas horas de mi trabajo, debo tomar el metro para lograr llegar a casa —Respondió Judith.
—¿A tu madre no le preocupa que llegues a estas horas a casa? —Volvió a preguntar Ashton.
—Yo no vivo con mi madre desde que tengo dieciséis años —Respondió Judith con calma.
Y la sonrisa de Ashton se expandió mucho más al escucharla decir eso.