Extra

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Otra cosa que recuerda de esa noche, fue cómo acabó: Mark y Donghyuck llegaron a un motel cercano del bar dónde se habían emborrachado, no sabía si ya se habían besado o Donghyuck seguía negando sus besos, pero recuerda que se negó completamente a tener sexo con él por una estúpida razón.

—Tengo novio, lo amo aunque hayamos discutido.

Y Mark nunca obligaría a alguien a tener sexo, eso sorprendió mucho a Donghyuck. Se recortaron ambos en la cama, haciendo un chirrido por el peso y así se durmieron, sin tocarse, pero sintiendo el calor del contrario.

Ahora las cosas eran muy parecidas. Era el mismo motel, después de haber tomado un poco menos que la primera vez que se vieron, con sonrisas enormes en sus rostros y besos intensos.

—Entonces... —comenzó a hablar Mark contra sus labios mientras hacía que Donghyuck se recostara de a poco en la cama y él se colocaba sobre su delgado cuerpo—. ¿Me recuerdas por qué no pude tener sexo contigo aquella vez?

Donghyuck rió y besó muchas veces el rostro y labios del mayor.

—Porque era una idiota que quería seguir seguir atado a otro idiota —respondió.

—¿Y que harás ahora? —volvió a hablar el de cabello negro subiendo lentamente la camiseta de Donghyuck mientras acariciaba la suave piel con la yema de sus dedos.

—Tener sexo con un idiota —ambos rieron con fuerza y juntaron sus labios otra vez.

—¿Te atreves a llamarme "idiota"? Ya verás.

Entre risas y roces, la temperatura fue subiendo entre ambos. Pasaron largos minutos donde solo se escuchaban los gemidos y suspiros de ambos chicos más el rechinido de la desgastada cama.

No, no se habían conocido en las mejores circunstancias, tampoco pasaron horas y horas hablando hasta enamorarse. Se salvaron él uno al otro.

Correrían hasta donde fuera con tal de hacerlo con la persona que tenían a su lado.

—Fui...un idiota —habló Donghyuck entre jadeos y voz temblorosa, acercándose al cuerpo desnudo del pelinegro para abrazarlo.

—¿Por qué? —él mayor los cubrió con una sábana después de usar una toalla para limpiar ambos cuerpos, que estaban llenos de semen.

—Porque hace unos meses me negué a tener sexo contigo, sin duda fui un idiota —rió suave contagiando al mayor.

—Pues ahora lo haremos todas las veces que quieras, pequeño idiota.

Ni siquiera vio venir cuando Donghyuck se movió hasta quedar a horcajadas sobre él.

—Ahora mismo...

Tenían todo él tiempo del mundo, nadie se los impediría, estaban juntos y dispuestos a acompañarse a donde sea.

Para ambos fue la segunda mejor noche de sus vidas.

run | markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora