She's the one | Showki

01 | Libertad

—Esto —Soltó el hombre con la respiración entre cortada a causa
de haber usado su energía en castigar al menor usando la fuerza de sus gordos brazos para manipular el largo cable a su antojo torturando en repetidas ocasiones al pobre chico que yacía en el suelo. —Es para que... —Nuevamente el superior volvió a golpearlo dando justo en el abdomen sacándole todo el aire que guardaba, sofocandolo—Aprendas a no quebrantar las reglas del internado —Siguió violentando al chico hasta que estuvo satisfecho, cada golpe era más fuerte que el anterior.

Le ardía como los mil infiernos, le dolía cada moretón y las heridas abiertas en toda su anatomía, pero ya no lloró, con el tiempo aprendió a no quebrarse frente a sus mayores y no mostrar debilidad. No sé arrepentía de haber intentado escapar y lo seguiría haciendo hasta lograr su objetivo.

— Debido a esto, estarás vigilado 24/7, no nos has dejado otra alternativa, Yoo. —Bramó el viejo regordete enrollando el cable ensangrentado, había terminado por hoy con la tortura, pero no terminaría ahí, no descansaría hasta no darle una lección al joven que empezaba a rebelarse contra la institución. Hace seis días que había intentado escapar del internado y hasta ese día le seguían lloviendo castigos.

Tendido sobre el suelo de la habitación, agonizante de dolor, trató de regular su respiración y es que aunque lo intentara, aún no lograba respirar correctamente, estaba molido.

Sus compañeros con los que compartía habitación lo miraban aterrados, al viejo no le había importado golpearlo frente a todos los niños, muchos apenas eran unos nenes y otros casi eran de la edad de Kihyun.

¿Realmente sobreviviría? Pensaban algunos de ellos, temían por la salud del muchacho y es que su cuerpo palido y flacucho había recibido tantos golpes en los últimos días que incluso habían perdido la cuenta de cuantos, no había oportunidad para que sus antiguas heridas y hematomas terminaran de sanar cuando ya había otras nuevas.

Por otra parte, Kihyun odiaba estar ahí, su padre había muerto en un accidente aéreo, piloteando una avioneta. Mientras que su madre se había quitado la vida al no poder soportar el dolor de su ausencia.

Sin poder contener las lágrimas por más tiempo, sollozó, lloró por el dolor físico, lloró por la muerte de sus padres, por el abandono de su madre y por estar ahí... Era tortuoso vivir dentro de ese lugar, no existía la libertad y en realidad no había mucha diferencia entre vivir en un internado e infierno.

Reprodució mentalmente la imagen de su madre tiempo antes de abandonarlo, era una mujer preciosa sin embargo había pasado tanto tiempo que comenzaba a olvidarse de su rostro.

— Tienes que quedarte aquí, pronto vendré por ti, cariño—Había dicho su madre cuando él apenas era un crío de siete años antes de marcharse y dejarlo en ese horrible lugar, días después se enteró que estaba muerta y no podría salir de allí.

Estaba sólo, huérfano, sin ningún otro familiar, sus difuntos padres era lo único que había tenido, no existía alguien más que reclamara su custodia... Aún era menor de edad, Yoo Kihyun tenía apenas dieciséis años, pronto sería su cumpleaños número diecisiete y no era algo que lo emocionara.

Se sentía asfixiado y no únicamente por los golpes, quería salir, volver a ese mundo que alguna vez conoció cuando era pequeño, huir...

Y pronto, cuando sus heridas estuviesen curadas retomaría su labor de escapar, así estuviese vigilado día y noche hasta para cagar, se las idearia.

─── 「 🍥 」───

15 días después

22 de noviembre, hoy era su tan anhelado cumpleaños. Y no lo anhelaba por que hoy le darían dos porciones de comida si se portaba bien, no, hoy sería el día que se fugaría. Después de dos largas semanas en donde había planificado todo con detalle y evitar fallos estaba seguro que lo lograría, y no, aún sus heridas no estaban totalmente curadas pero al menos ya se podía mover con agilidad a pesar de que en ratos le dolieran, sus hematomas ahora eran de un color morado a amarillento sutil.