Verano. La temperatura en la ciudad de Antofagasta cerca de la Costa bordea los 18°. Pero en el interior, en pleno desierto, las temperaturas son más extremas, así como también la naturaleza. El viento de noche es increíblemente fuerte, por lo que es muy frío .
Sin punto medio, esa temperatura no permite que existan seres vivos, por lo que además es el lugar más árido del mundo.
Dentro de los posibles destinos que tenía marcado en el libro que tengo de lugares de Chile para turistas, estaba la Región de Antofagasta, específicamente, la Portada y la mano del desierto. Luego de unos meses ahorrando, decidí emprender rumbo hacia dicha ciudad.
Por aplicaciones, compré el pasaje en bus de ida y avión de regreso, junto a un departamento que arrendé por cuatro noches, lo suficiente para recorrer esta ciudad y sus atractivos turísticos.
Llegué al cabo de 19 horas de viaje en bus, desde Santiago al terminal de Antofagasta. Agotadísima, fui en Uber al departamento que arrendé, en plena costanera con vista al mar. Estaba sola en una bellísima ciudad. Busqué qué hacer en la noche ya que debido a la hora que llegué, pierdes prácticamente el día. El casino de la ciudad quedaba no muy lejos del departamento, además tenía discoteca donde bailar y tomar algo. Dormí un par de horas, me bañé, arreglé un poco y salí en dirección el casino. El chico del Uber quiso coquetear conmigo, pero, aunque pareciera que tuviese casi mi edad, no me interesaba.
Llegué al casino y jugué unas horas. En una de las mesas en la que jugué poker, conocí a un tipo muy atractivo y que se vestía muy formal, cosa que lo hacía ver exitoso. Yo no era de llamar la atención, era una chica de estatura y contextura normal, pelo rizado rojo y largo, y mi vestimenta era bastante común ya que no me preocupaba el aspecto más que mi cerebro. Para esa noche había elegido unos jeans negros, chaqueta de cuero, botas negras y polera blanca. Aún así este tipo me invitó una copa, la cual no negué. Jugamos unas manos más de poker y tomamos unas rondas de tragos, los suficiente para estar feliz pero no para estar ebria.
Con el tipo, Maximiliano era su nombre, nos dirigimos al sector de mesas de la disco. Esta contaba con tres ambientes, las mesas donde estábamos, otro donde se ubica un dj junto a la barra, y abajo estaba la pista de baile. Max fue por un par de tragos mientras lo esperaba en una mesa. Volvió y le pedí que fuéramos a la pista de baile. El chico era buen bailarín, para verse tan formal digo, quizá solo es un prejuicio, pero me intrigó bastante.
Luego de horas de baile y tragos, el chico me fue a dejar al departamento e intercambiamos números, el ofreciéndose de guía turístico durante mi estancia en la ciudad.
Entré al departamento, sola, dispuesta a acostarme, pero decidí buscar agencias de turismo para ir a dos de los lugares más visitados que quedaban un poco retirados del centro. Encontré uno ideal que tenía el tour de 9am a 12pm a la portada y otros lugares de interés dentro de la ciudad y otro que era de 8pm a 11pm a la mano del desierto y podría ver las estrellas desde un telescopio en pleno desierto, sin contaminación lumínica alguna. Decidí tomar ambos Tour.
A las 9 de la mañana ya estaba lista para que los chicos del tour me pasaran a buscar. Me senté en el último asiento, luego recogieron a una chica que se sentó junto a mí, pelo liso, negro y largo, tes blanca, lindos ojos pardo, y tenía aparentemente pecas en sus mejillas. Muy guapa la chica. El minibus partió rumbo a la portada.
-Hola, me llamo Pía. Un gusto.-se presentó y me extendió la mano.
-Hola, soy Ignacia. ¿Estás sola?
-Sí, vine por un par de días de vacaciones. Me estoy quedando con unas amigas que viven acá pero no quisieron venir ya que conocían el lugar, además tenían una resaca horrible por la disco anoche.
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Del Desierto a la selva, un amor sin fronteras
RomanceDos chicas se conocen. La atracción es irrefutable. Las cosas no siempre son color de rosa. Los prejuicios y la discriminación es un tema real.