Scorpius Malfoy, un alquimista de 16 años, emprende un lastimero camino en busca de la redención por su oscura ascendencia, acompañado del Capitán del Club de Duelos del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, Albus Potter.
Una trama de dolorosa rei...
"La Sangre de Dragón actúa como antídoto para una gran variedad de venenos gracias a una propiedad mágica que posee. Es considerablemente más efectiva en venenos o sustancias tóxicas naturales (veneno de plantas, animales o minerales) que en venenos artificiales(creados por el hombre) (...) esta misma cualidad mágica hace que las altas concentraciones de hidrocarburos presentes en la composición de su sangre sean inhibidas, ya que, al ser sustancias tóxicas para el ser humano, la magia de la sangre de dragón baja su propio nivel de toxicidad, este es un claro ejemplo de la Ley de Gulphy".
- Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore
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El frío invierno francés azotaba, casi con desprecio, toda superficie vidriada que se encontrara a su paso. Fue de esa manera que el golpe gélido fue a dar justo en la ventana de una modesta casa de estilo chateu a las afueras de París, haciendo que un llanto de rocío la cubriera. Casi era Navidad, y la gente atiborraba de luces y decoraciones alusivas a la fecha tanto las casas como las calles. El ruido de los niños riendo mientras cargaban un frondoso pino hasta dentro de la casa contigua, hizo que el joven rubio, dueño de la habitación más amplia de la residencia, despertara de su somnolencia.
Un movimiento más y quien dormía ya se había puesto de pie sin dejar de escuchar las sonoras risas de los niños, que daban voces de emoción ante lo que sin duda era un motivo de celebración. Se acercó, desperezándose, a la empañada ventana. Usando la manga del jersey que vestía para dormir, aclaró la vista a través del vidrió y contempló la escena: una pareja de niños corrían alrededor de una pequeña colina hecha de nieve, en el patio, acto seguido, se vieron acompañados del padre que salía disparado de la puerta trasera de la casa para unirse a la persecución. De pronto, el rubio se sintió abrumado por su propio silencio, y es que pese a estar observando lo que sin duda podría describirse como la mañana más normal dentro de un hogar feliz, para el joven no era sino un recordatorio de lo que distaba de él, lo que a sus ojos parecía felicidad.
- No es más que un reflejo a través de la ventana. - se dijo a sí mismo.
Se dispuso a alejarse de ahí para hacerse cargo de él mismo. Pensó en que se había equivocado al decidir regresar a casa durante esas fechas, todo ese ambiente festivo y colorido no le hacía bien a su estómago, y es que, sinceramente, no se le podía reprochar nada.
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