Principio del Fin

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¿Hace cuantos años exactamente que conocía al mocoso? ni si quiera lo podía recordar, y es que para Yoongi, Jimin siempre ha sido parte de su vida. Sinceramente, él no podía imaginar un mundo en el que el menor no estuviera con él, un mundo en que no lo pudiera ver, no lo pudiera molestar o acariciar. Un mundo sin un Jimin en su vida... él no sabría que tan jodida podría haber sido, por eso, a pesar de todo, siempre ha estado agradecido de que ese chico este junto a él.

Ahora se encuentra sentado en aquel café donde le pidió a Jimin salir con él hace ya 3 años, el tiempo en realidad es algo tan efímero. Es por eso que ahora no quiere atrasarlo más siendo un cobarde, aguantándose por vergüenza o por temor al rechazo, y ya que la noche anterior Suran le había amenazado con subir internet todas las fotos vergonzosas que poseía de un Yoongi completamente borracho, no le quedaban muchas opciones por que vamos, el orgullo de Min Yoongi vale más que nada.

Después de 10 minutos de una exasperante espera vio a su cachetón entrar por las puertas del local junto con el sonido de unas campanillas. No importa las veces que lo viera ni lo bien que recordara cada detalle de su lindo rostro, para Yoongi, era magnifico cada día.
Luego de divagar por unos segundos más se dio cuenta que Jimin ya se encontraba sentado frente a él mirándolo de una forma curiosa que incluía una simpática sonrisa, de esas que solo Jimin podía hacer. 

Yoongi se aclaro la garganta dejando escapar un leve gruñido.

-Hola hyung, ¿qué ocurre? ¿por qué llamaste tan repentinamente?

-Ah... em, bueno, yo quería hablar contigo- Yoongi rasco su nuca con un poco de nerviosismo, realmente no sabia como pedírselo sin ser despectivo o ponerse a tartamudear, a veces odiaba al chico por ponerlo así de jodido.

-¿Y de qué querías hablar hyung?- preguntó un Jimin curioso luego de pedirle a la amable garzona que se acerco un sabroso Caramel macchiato que vendían allí.

-¿Qué tal van tus clases?- "maldita sea, eso no esss maldita boca", se dijo yoongi.

-Todo bien hyung, solo me queda este semestre así que me están llenando de trabajos, pero no es nada que no pueda manejar- contó un sonriente Jimin. El mayor siempre se preguntó, incluso en este momento lo hacía, el si a Jimin no se le cansaban las mejillas de tanto reír, o si podía ver mientras lo hacía.

-Me alegro mocoso- Yoongi se digno sonreír un poco para no demostrar lo jodido que se encontraba en este momento. Ambos se quedaron un rato en silencio mientras el menor disfrutaba de su café y miraba el alrededor, por alguna razón, Yoongi siempre notó que Jimin era una persona muy fijona, observaba todo a su alrededor detenidamente, su mirada siempre curiosa tratando de encontrar algo nuevo, y es en esos momentos en los que Yoongi sabía que no podía haber caído más por ese chico.

-Jimin- dijo serio.

-Dime hyung- el menor alejo la taza de su boca lentamente mientras la colocaba en el pequeño plato. Había notado a Yoongi extraño desde la llamada en la mañana, su voz temblaba mientras le pedía que se encontraran en el café que estaba a unas cuantas cuadras de su casa. En realidad él también se encontraba nervioso, temía sobre lo que su amado hyung le fuera a decir. Por su mente rondaba la posibilidad de que le pidiera terminar, y eso lo destrozaba de a poquito, pero no le quería demostrar a Yoongi su patético estado. Así que Jimin esa mañana opto por ir de forma calmada y positiva, si pensaba mucho en ello probablemente desistiría de ir y dejaría a un Yoongi plantado en la cafetería.

-Bueno yo...- se rasco la nuca sintiendo su cuerpo temblar levemente y con el sudor corriendo por su espalda. Yoongi internamente se preguntaba si acaso era su imaginacion o ¿habían apagado el aire acondicionado allí? - Jimin no puedo más con esto...- dijo finalmente con un aire de derrota mientras se tapaba la cara con sus grandes y blanquecinas manos y apoyaba los codos en la mesa que lo separaba de su pequeño.

¡Hey Niño! [Yoonmin] EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora