I. 「Prólogo」

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Yo suelo ser caprichosa con lo que quiero.

Cuando tenía seis años en mi cumpleaños le pedí a mi papá que me regalará un avión de color rosado, al día siguiente me llevó al aeropuerto y lo vi ahí todo espléndido con un moño rojo. Desde ahí supe que podía obtener todo lo que quisiera. Llámenme malcriada porque si, si lo soy. Soy de las típicas mamonas que se creen la gran cosa, solo que la diferencia es que si, soy la gran cosa. En mis tiempos libres que básicamente es todo el día porque yolo, estudio en casa. Me dedico a leer mangas, ver anime, leer libros y más. Al contrario de lo que muchos pensaran de que voy seguido a fiestas y que tomo alcohol, la respuesta es no... no tanto. Me gusta fantasear en mi propio mundo.

—Xianq Qi.—llamé a mi sirvienta. —Dame un poco más de refresco.

Me encuentro en la sala de mi habitación frente a la TV viendo por tercera vez mi serie. En mi mesa se extendía muchas golosinas, mi única compañía era mi sirvienta de unos veintitantos años llamada Xiang Qi. A veces me sentía sola, pero me reconfortaba mis príncipes ficticios. Al menos lloraba en una piscina de lujos.

—Señorita, tiene una llamada de su padre. —me extendió el teléfono.

¿Qué quería mi señor padre a esta hora? eran las diez de la noche. Malhumorada agarré el teléfono.

—¿Qué sucede papá?

Del otro lado de la línea. —Dai Li, para el próximo mes tienes un límite de 15000 dólares. Me acaba de llegar la cuenta de tus gastos niña y son exuberantes.

—Pero papá, la moto esta muy bonita y combinaba con mi ropa.—le reclamé.

—No lo niego hija, pero no quiero tener que demostrar los gastos ante el gobierno-habló enojado -así que más te vale que no gastes demasiado el próximo mes o te castigaré.

Exhale molesta. —Esta bien papá, buenas noches.

—Buenas noches.

Si algo he de decir es que no se hacer nada de quehaceres del hogar, nací en una cuna de oro. Todas las sirvientas hacen todo por mí. Desde vestirme hasta mis necesidades. Claro, es algo que ni me debia importar pero pronto lo necesitaría saber por mi estupidez.

Los días avanzaban y mi forma de vida era de lo más cómoda. Hasta que un día mi padre me dijo que tenía que acompañar a mi amigo Tao a una fiesta importante de negocios internacionales entre Japón y China. Gustosa acepté, no venía mal un poco de veneno e hipocresía de la alta sociedad.

En la noche me vestí con un precioso vestido rojo ayudada por mi sirvienta Xiang Qi.

—¡Oh! te queda muy bien —decía— de seguro conquistará corazones señorita.

—No digas eso. —me sonroje fuertemente y me di palmadas en la espalda. —Solo voy a divertirme un rato Xiang Qi.

Bajamos juntas a la puerta de la mansión en donde se encontraba Tao, al verme quedo impactado de mi belleza, él es mi amigo de la infancia, hijo del empresario Chen del conglomerado Ki. Amigo importante de mi padre, creo que no les he dicho sobre mi familia. Soy la menor de la familia, delante de mi esta mi hermana y mi hermano mayor. Mi padre es un narcotraficante muy famoso en el mundo bajo. Pero pocos conocen a mis hermanos y a mi, preferimos el anonimato entre la gente común. No me gustaba alardear que la fortuna de mi padre en parte viene por el extenso mundo del narcotráfico pero no piensen que solo eso hace, también es dueño de varias empresas.

—Hoy te ves aun más preciosa Dai Li.—hizo una reverencia y me tomó de la mano. —Si me lo permite.

Asentí. Nos dirigimos a la limosina que nos llevó hasta el palacio Hogmein donde los invitados empezaban a llegar. Tao me ayudó a bajar y recorrimos todo el jardín hasta la entrada de la fiesta.

Corrompiendo a Kyouya Ootori 「Ouran High School Host Club 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora