Sweet Melody; Nate Archibald

III| Hierbas venenosas

Hay muchas ventajas al ser hijos de los fabulosamente ricos , pero ¿Y las desventajas? Los exitosos padres, esperan lo mismo de sus críos. No es solo elegir una universidad, es fijar el curso de tu vida. Y en cuanto a los que no son herederos, la presión no es menor, cuando los padres se sacrifican por el futuro de sus hijos, ¿Que joven quiere decepcionarlos?

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Los adultos se llenaban la boca de mentiras todo el tiempo, cosa que cuando eres pequeña o pequeño no logras darte cuenta, pero con el correr de los años empiezas a ver todas las mentiras dichas por ellos. Una de ellas era, "Elige lo que te haga feliz" o "Estudia lo que te guste", patrañas. Los padres esperan que sus hijos sean mejores que ellos pero a la vez parecidos a ellos mismos y así poder presumirlos como es debido. Mientras que nosotros, sus hijos, solo deseamos ser lo más alejado a ellos posibles y escapar de sus garras.

Los padres siempre presionan a sus hijos para ser los mejores, pero aunque parezca imposible, los presionan aún más cuando la semana Ivy llega.  En esta semana, los estudiantes del St. Judas y las estudiantes del Constance Billard School, deberán de enfrentarse a entrevistas con el responsable de la universidad que desean estudiar para ser elegidos acompañantes durante una fiesta.

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Estaba en la fiesta, yo era la asistente del representante de Oxford. Siempre quise ir allí, aunque el hecho de que tenga que separarme de mis amigos no me gusta mucho a decir verdad.
Estaba hablando con el representante sobre las carreras que quería tomar y demás. Me dió varios consejos, que en realidad eran muy buenos.

Ojala la vea en nuestras instituciones, Emily - deseo el representante de Oxford, con quien había pasado toda la tarde hablando sobre las carreras en las que estoy interesada, como es la universidad y mis preferencias en cuanto a materias y demás.

Luego de despedirme del representante, me dirigí a la zona de las bebidas donde Nate miraba atento el evento pero sin mostrar emoción alguna. Nate era, tal vez, uno de los chicos más presionados del colegio; todos esperaban a un chico de oro, olvidándose que era solo un chico. Su padre lo presionaba para elegir Darkmouth, pero yo sabía que esa no era la universidad a la que el deseaba asistir, por lo que no me sorprendió cuando escuche como Nate le había dejado a Dan su lugar con el representante de esa universidad.

Hola - salude con una pequeña sonrisa a lo que el me miro con el ceño fruncido y un poco de enojo.

Oh, mira quien e dispuso a aparecer - comentó mientras cruzaba sus brazos, haciendo que sus músculos se contraigan - Te estuve llamando toda la noche de ayer y al mañana de hoy, hasta fui a tu casa y ni siquiera me recibiste, mandaste a decir que no estabas. - comento enojándose cada vez mas, logrando que sus músculos se tensen aun mas - Porque estoy seguro que estabas - comento cuando me vio a punto de decir algo.

No iba a contradecirte con eso - admití mientras el me miraba mal - solo iba a decirte si podrías descruzarte de brazos porque soy un ser humano con ciertas debilidades. - dije haciéndolo sonreír un poco aunque trato de ocultar su pequeña sonrisa - y sinceramente tus músculos me están distrayendo de lo que tengo que hacer - comente haciéndolo ocultar su creciente sonrisa para que no se note que ya no estaba molesto conmigo.