Hopeless

Prólogo

La vida es algo tan simple como una vela.

Con el paso del tiempo la cera comienza a derretirse hasta consumirse y apagarse por sí sola.

No obstante, existen ocasiones en las que llega una ráfaga de viento y termina por apagarla contra su voluntad.

El fuego se extingue y la luz que algún día prometió vida, muere.

No importa la situación en la que te encuentres; tu vida se puede apagar con una ventisca de viento o perdurar años encendida, en eso no tienes elección.

Para algunos puede ser doloroso, pero para otros puede ser el final de un sufrimiento del cual no existía escapatoria.

Actualmente tengo dieciocho años; por fin entré a la juventud y vencí la adolescencia.

Y desde entonces, me he decidido por aprender a ser yo mismo.

¿La razón?

En algún momento de mi vida terminé por perderme.

Comprendí que no es bueno fingir ser algo que en realidad no eres; con el paso del tiempo te dañarás y cuando menos te lo esperes, no podrás encontrarte.

En el camino de aprender a conocer tu valor, te encontrarás con quienes te ayudarán a alcanzarlo. Por ello, debes saber que también tienes que considerar a las personas que se encuentran en tu entorno.

No solo debes pensar y preocuparte por ti.

Así como hay momentos en los que debes ser un poco egoísta por tu bien, hay otros en los que debes tener un poco de empatía por la vida de los demás.

En muchas ocasiones he llegado a pensar que la vida es un terrible castigo que me mantiene aislado y sabiendo muy bien que la única salida a ello es la muerte, me aferro a ella con la esperanza de poder ser libre.

Desde el momento en el que mi vida cambió, no pude hacer algo para solucionarlo, de alguna manera me había estancado y quedado sin esperanza.

Mis sueños se perdieron y mis ganas de vivir comenzaron a consumirse junto a mi deseo de salir adelante.

En ese entonces era muy joven e ignorante. No comprendía cosas simples y en más de una ocasión cometí errores imperdonables.

Pero solo era un niño más entre millones; que lo único que esperaba era una simple explicación de lo que sucedía.

Ahora que lo entiendo me alegro de poder compartirlo.

Cuando pensé haberlo olvidado y arrancado de mí, él me hizo recordarlo de un tirón.

Y aquí estoy, contando una historia que mi corazón se negaba a compartir.