Mi deseo es...

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Si el destino nos da una segunda oportunidad, debemos aprovecharla de la mejor manera, para que podamos vivir en paz con nosotros mismos. Esa lección la aprendí cuando conocí a Mata Hari.

Al principio, ella era una chica atractiva y su belleza deslumbrante hacía que las personas queden cautivadas ante semejante figura. Pero, conforme interactuaba con ella, me di cuenta de que era una persona totalmente diferente, siendo algo nerviosa o tímida, o al menos eso creía yo, porque cada vez que trataba de hablar con ella, se mostraba a veces a la defensiva. Eso se me hacía extraño, y hasta pensaba en que algo debió haberle pasado por el comportamiento que tenía. Incluso la vez que quería hablar con ella sobre su pasado y preguntarle cómo era en vida, siempre trataba de cambiar el tema de conversación, como si hubiese hecho algo malo o algo por lo cual se avergüenza o se arrepiente, así que tuve que investigar por mi cuenta, y lo que encontré en su biografía me dejó impactado: desde el comienzo de su vida, Mata Hari tropezó con circunstancias miserables. La compañía de su padre se declaró en quiebra, y él engañaba repetidamente a su esposa. La madre de Mata Hari cayó enferma de ansiedad y murió cuando su hija tenía 14 años. Y no solo eso, sino que además el matrimonio de Mata Hari fracasó porque su esposo era un adúltero violento y borracho. Esta joven, que pasó la mayor parte de su juventud abusada por la avaricia de los hombres, parece haberse convertido en una espía que era terriblemente experta en cautivarlos incluso si la ejecución era todo lo que la esperaba al final. Quizás, si Mata Hari deseara el Santo Grial, probablemente sería un compañero que la ame de verdad y una familia feliz. Más que nadie, ella sabe lo débil que es como Espíritu Heroico, y ha renunciado a que ese deseo se le haya concedido. Su historia me hizo llorar tanto, que incluso tuve pesadillas sobre una chica que fue torturada y abusada por los hombres hasta la muerte, y probablemente era Mata Hari. Me gustaría poder hacer que ese deseo de tener a alguien que la quiera de verdad se vuelva realidad, pero antes tengo que ganarme su confianza y hacerle entender que mis intenciones son buenas.

Al día siguiente, me propuse que iba a tratar de hablar con Mata Hari, para que sepa que quiero apoyarla y hacer que su deseo se haga realidad, y no solo porque sienta pena por ella, sino que en realidad, estoy enamorado de Mata Hari. Pero antes de eso, tenía que hacer que se gane mi confianza, tratando de hablar con ella de forma normal, así que fui a buscarla para invitarla a almorzar conmigo. Cuando la encontré, se le hizo extraño de que la invite a comer, pero le dije que con eso aumentaría nuestra relación entre Master y Servant, a lo cual accedió. Mientras estábamos comiendo, estuvimos hablando de diferentes temas, pero todavía no era tiempo de preguntarle sobre su pasado. En cambio, yo le contaba cosas sobre mí, para que me tenga más confianza y sepa un poco más de mí. Poco a poco, mi progreso con ella aumentaba cuando le dije que podía contar conmigo para lo que necesite y si había algo que le hacía sentir mal, podía contarmelo, y yo haría lo posible para ayudarla. Mata Hari aceptó mi propuesta e hicimos una promesa de dedo meñique, de que yo siempre estaré con ella y nunca le haría daño.

Con el pasar de los días, mi relación con Mata Hari progresaba, ya que ahora era ella que me visitaba cada vez que terminaba el entrenamiento con los Servants o que volvíamos de una misión, y no solo eso, sino que, además de que se quedaba a hablar conmigo sobre lo que hacía en la misión, también me masajeaba los hombros y espalda para despejar el estrés. Ahora que mi relación con Mata Hari iba progresando, llegó el momento de la verdad. Un par de días después, le pedí que viniera a mi cuarto para hablar con ella sobre algo importante, así que accedió y al entrar, nos sentamos en la orilla de la cama para poder hablar.

- Mata Hari, hay algo que me gustaría poder hablar contigo. -

- ¡Vaya! Si lo dices con esa seriedad, debe ser algo grave. ¿De qué se trata, querido? -

- Verás... Es sobre tí. En el grimorio en donde aparece la información de los Servant que he invocado, logré ver tu biografía, y me parece muy triste todo lo que tuviste que sufrir cuando estabas viva. Eras una mujer que lograba conseguir información usando tu cuerpo hasta que fuiste ejecutada por espionaje mientras te hacías pasar por una bailarina exótica, cautivando a los oficiales militares con tu atractiva figura. -

- Vaya... ¿Acaso estás sintiendo pena por mí, y por lo que me pasó? -

- ¡No lo digas de esa manera! No solo por lo que viviste cuando eras espía me hacía sentir mal, sino que toda tu vida estuvo rodeada de tragedias, y lo único que querías era ser feliz con alguien que te quiera de verdad, ¡Y me gustaría ser yo esa persona que te dé esa felicidad que tanto anhelas! -

- ¿A qué te refieres? -

Al borde de las lágrimas, le dije.

- ¡Te amo, Mata Hari! ¡Y lo digo de corazón! No es por lástima, sino porque quiero hacerte feliz de verdad. No solo tu belleza me cautivó, sino que tu historia me hizo recordar en parte lo que me pasó. Mis padres me menospreciaban por ser diferente a los demás, y no tomaban en cuenta todos mis logros y progresos que hacía en la escuela y en el trabajo, al punto en que solo me buscaban para que les dé dinero cada vez que cobraba mi salario del trabajo o mis becas de la escuela, para que puedan gastarlo en lujos para ellos y a duras penas me daban las sobras. ¡Yo te quiero porque quisiera hacerte feliz y así poder cumplir tu deseo! ¡Un esposo que te ame de verdad! -

No podía contenerme más, y rompí en llanto. En eso, Mata Hari se acerca a mí y me da un abrazo, y me responde.

- Ahora entiendo. Entiendo que por fin he logrado cumplir mi deseo, y eso me hace sentir muy feliz. Yo también quiero estar contigo para siempre. Ya no necesito el Santo Grial para cumplir mi deseo, porque ya se cumplió. Yo también te quiero. -

Mata Hari y yo comenzamos a besarnos con pasión hasta que el cansancio nos venció y me quedé dormido encima de su hermoso cuerpo. Estaba tan feliz porque había cumplido el deseo de mi amada Mata Hari, y me alegraba saber que ese amor era correspondido.

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