Ángel suicida [Kookmin]

Ángel suicida.

Respirar es difícil cuando no sientes tener una razón para hacerlo. Lo comprendo completamente, la vida es tan difícil que a veces te cubre los ojos con una venda de dolor y agonía. No quieres estar rodeado de ojos individualistas y almas torturadas. Te hacen sentir distinto y lo distinto siempre ha estado mal. Te comprendo. No tengo una sola razón para seguir respirando. 

Sujetarme de esta baranda tampoco fue un camino sencillo, ni mucho menos algo que tenía planeado hacer. Cuando me siento miserable, camino cerca de este muelle y me digo que voy a despedirme. Nunca lo hago.

 El viento es tan agradable en la noche, porque no se siente pesado a pesar de la intensidad con la que se manifiesta. Te sientes limpio incluso sin el agua o el jabón, sino que es viento. Solo viento. A veces las cosas más frías te hacen sentir cálido, pese a que sea una ilusión como puede no serlo. 

La baranda está cálida pese a su material. No hay una pizca de calidez en lo que una persona con el corazón lleno pueda sentir al tocar esta misma baranda. Y mis lágrimas se sienten cálidas cuando caen sobre mis mejillas, pese a que la brisa las congela con la llegada del invierno. Todo es cálido cuando tienes esperanza. Esta es mi esperanza. 

- ¡No, no no! ¡Espera, espera por favor!

La lluvia me hace sentir cálido incluso cuando puedo estar deshaciéndome en una hipotermia irremediable. Llorar me libera, mis lágrimas son vino cuando caen a mis labios que deben estar congelados. Yo te escucho pero no quiero hacerte caso porque sé qué me dirás. Todos me lo dijeron también. Ya nada ni nadie puede cambiarme la vida. ¿Cómo podrías cambiarle la vida a un eterno miserable chico traumatizado? Soy ese chico. No puedes. Déjame quedarme con este pedazo de esperanza. Me llevará lejos, me hará feliz, no me desgarrará más de lo que mis últimos años en la tierra lo han hecho. 

- Escúchame, escúchame por favor. Me llamo Jungkook, soy-soy Jungkook, a-así me llamo... Por-por favor escúchame un segundo...

No me lo quites.

Déjame abrazar el agua como si quisiera traer mis lágrimas devuelta a mi cuerpo. Déjame ir a buscarlas. No me detengas, por favor.

- ¿Quién te hizo tanto daño para que estés tomando esta decisión? ¿Re-realmente crees que... esto curará tu dolor?

- ¿Dolerá?

No sabes qué responder. No he visto tu rostro. Quieres evitar que haga esto pero no sabes cómo. Ni siquiera vas a recordarlo cuando me obligues a bajar de aquí, pero yo lo haré. No serás un héroe, sino mi eterno villano. Déjame ser feliz, por favor. No puedes quitarme esto. Solo no puedes. No puedes...

- ¿Cómo te llamas? -me susurraste.

Te estás acercando. Poco a poco estás acercándote a mí. Vas a agarrarme y hacer cualquier acrobacia para sacarme de este lugar. Luego te irás y serás llamado rey por haber evitado que yo fuese feliz. Déjame ser feliz, maldita sea.

No te digo mi nombre. Dejas de acercarte. No oigo tus pasos. Apenas puedo oír tu respiración cercana. Estás congestionado. Tú estuviste llorando. Yo también. 

- ¿Por qué quieres hacer esto?

El agua se ve tan bonita cuando el viento la sacude. No hay hombres pescando, no hay mujeres nadando, no hay niños jugando ni adolescentes enamorados. No hay personas. Yo solo quiero cuidar el agua, ¿Por qué no me dejas darle un abrazo? A veces las personas necesitan un abrazo. A veces necesitan sentir a alguien detrás de ellas y sentir que alguien se preocupa por ellas. Sentir que va a caer pero no temer porque sabes que alguien te sujetará. Que alguien no va a permitir que cubran tus ojos con la venda eterna de agonía y sufrimiento. Quizá eso es todo lo que quiere el agua.