21. χάος (caos)

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Después de entrar en el edificio Emily buscó a su novio por todas las habitaciones y acabó encontrandolo ahí, a centímetros de Nathan Aldrich Gwyneth.

-¿Jacob?- ambos muchachos se separaron inmediatamente y enfocaron su visión en ella. Estaban paralizados, las palabras no salían de la boca de ninguno de los tres y sus corazones latían revocados.

Las manos de los dos chicos estaban cerca, muy cerca, y en la mente de la muchacha no había ninguna otra razón que pudiese explicar aquello.

Emily entró en el campo de batalla y tomó su primera decisión: se acercó hasta ellos y empezó a gritar:

-¿¡Qué coño te pasa, Jacob!?- Nathan observaba todo inmóvil. -¿No vas a decirme nada?

Ella esperaba que dijese algo, una disculpa, una pregunta, cualquier cosa. Pero Jacob estaba paralizado.

Emily trasladó su mirada hasta el vampiro y lo sentenció con la mirada, dedicándole la expresión más asquerosa y despreciable que pudo.

-Van a jugar a Prueba o Verdad.- dijo al final en un fino hilo de voz. Les dio la espalda y caminó hasta afuera.

Nathan alzó su mirada hasta los aterrorizados ojos azules del otro joven y luego los volvió a bajar.

-Si me disculpas...- susurró y se movió a un lado para salir de la habitación.

***

El sabor de los labios de Nathan seguía abriéndose paso por su boca, depositándose por todos los lugares por los que su lengua había divagado.

Ahora lo tenía delante pero no lo miraba, sonreía amable al resto, susurraba algo a los oídos de su mejor amigo y bebía de su copa tranquilamente. Actuaba como si nada hubiese pasado, como si solo fueran Nathan Aldrich Gwyneth y Jacob Johnson Bentley, dos estudiantes que apenas se habían divisado por los pasillos, que no habían intercambiado más de dos palabras y que la relación que tenían era de simples conocidos.

Lo hacía muy bien, eso de fingir.

Estaban sentados en un círculo en una de las esquinas de la estancia, junto a la pared, alejados de la pista de baile. El círculo era grande, formado por estudiantes que Jacob no conocía, o que solo había visto por los pasillos de la facultad.

Se miraban de vez en cuando todos entre ellos. Liam clavando su mirada en Jacob, sintiendo las ganas de interrumpir a todos y desatarse ahí mismo frente a todos los presentes: decirle que lo besaría otra vez y que no se arrepentía, ¿o si? ¿Se arrepentía de haberlo besado? Su cabeza daba vueltas. No sabía qué era lo correcto.

Él no era el único que miraba a Johnson. Emily también divisaba el odioso pelo de Jacob y deseaba que desapareciera de su visión. La silueta de Jacob y Nathan juntos seguía filtrándose en su imaginación y buscaba angustiada razones que explicaran lo que había visto, puede que el vampiro y su novio estuviesen metidos en algo extraño: ¿drogas?

Jacob y Nathan se habían hecho muy amigos en poco tiempo, pero siempre que Emily los veía, parecía que se matarían, que no se soportaban, que se detestaban. Todo era una enorme contradicción. Solo pudo pensar en una única cosa: Nathan estaba obligando a Jacob a hacer algo y ella le frenaría los pies.

Maeve, a unos metros de ella, fijaba su mirada en los rosados labios de su amiga y detestaba admitir que los anhelaba.

Nathan ignoraba el círculo y observaba a su mejor amigo, centrándose en él. No quería enfrentarse a la verdad.

-¿Dónde has estado?- escuchó Jacob proveniente de detrás. Era Thomas acercándose y colocando su traje de manera que podía sentarse en el círculo de la misma manera.

MAYBE WE WERE BLUE © [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora