Conocí otra parte de su mundo, dormí en su casa y me mostró tantas cosas que tengo miedo de olvidar. Cuidó de mi como nunca y me explicó todo lo que tiene razón de ser, me sentí pequeño, a salvo y querido. No sé si la vida me permita sentir tanta dicha otra vez, pero atesoraré este recuerdo.
Estoy feliz.