¡HE!

Reunión de estudiantes

Ese día, el clima estuvo excelente hasta el punto en que Su Le no pudo encontrar una excusa para no asistir a la reunión. Tenía la sensación de que Lin Qi y Zhuang Wei, ese par de engañosos, aparecerían juntos allí.

Desde la primera vez que Su Le y Li Qi se conocieron, a Lin Qi siempre le había gustado competir con ella. Esta vez, Lin Qi le había robado a Zhuang Wei directamente de sus manos, y por la personalidad de Lin Qi, era seguro que usaría la reunión como una excelente oportunidad para presumir. Después de todo, en la universidad A, Zhuang Wei era rico y uno de los tipos más guapos del departamento

Su Le no supo lo que le hizo a Lin Qi para que ella la viera como a una rival, pero Su Le nunca la consideró una, ya que competir con alguien constantemente era demasiado agotador y poco interesante. Desafortunadamente, Lin Qi no pensó de la misma manera y felizmente compitió con ella.

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Después de recibir una llamada de RR. HH. De la compañía que le informaba que su renuncia había sido aprobada, Su Le se apresuró a la compañía para recoger sus pertenencias y despedirse de sus colegas con quienes se llevaba bien.

Las personas en la oficina no eran tan sensibles, entonces, ¿cómo no sabían lo que había sucedido? Sus pensamientos permanecieron ocultos detrás de la superficie cuando le dijeron a Su Le que se mantuviera en contacto con ellos antes de intercambiar bromas.

Su Le no era tonta, era bien sabido que todos trabajaban solo para alimentarse y nadie ofendería a alguien sin una razón. Después de intercambiar bromas con todos, ella tomó sus pertenencias para irse. Después de todo, ella nunca querría volver a entrar en esta compañía. Ella no renunció porque no podía soportar a sus superiores o ganar contra ellos. Originalmente, ella solo había decidido renunciar porque había planeado unirse a la compañía de Zhuang Wei. Desafortunadamente, que Zhuang Wei la engañara no era parte de su plan.

Por eso había un dicho, que los hombres hasta el día de su muerte, nadie sabe exactamente qué hay en él. Aunque ese dicho podría ser un poco excesivo, no se dijo sin razón.

Llevando sus cosas por un elevador, Su Le nunca pensó que vería a Lin Qi sentada en el café en la planta baja del edificio con el colega que robó sus documentos.

Su Le frunció el ceño y rápidamente comprendió lo que había sucedido. Sus labios se torcieron y se dio la vuelta para tomar un taxi, ocultando el frío en sus ojos.

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Chen Yue ya se había ido a trabajar cuando Su Le regresó a la casa de Chen Yue. Su Le abrió el refrigerador y estaba vacío. Ni siquiera quedaba una sola rebanada de pan. Su Le sonrió. ¿Cómo podría ella olvidarlo? Chen Yue, esa chica, nunca cocinó. De vuelta en la universidad, de las cuatro personas en el dormitorio, ella era la única que podía cocinar algunos platos. Era una pena que ella solo conociera el pak choi salteado, y varios otros platos similares. Cualquier cosa que requiriera más habilidad, no podía lograrlo.

Pensando en todo tipo de sabrosas comidas caseras, Su Le agregó otra condición para buscar un esposo: debe ser capaz de cocinar.

Encendiendo su computadora portátil, Su Le encontró algunos trabajos adecuados para ella en Internet. Ella eligió dos compañías que cumplían con sus requisitos y les envió su CV antes de ir a comer.

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En un restaurante chino ordinario, la expresión de Su Le cambió después de tomar el menú. Resulta que el salteado pak choi había aumentado a 12 yuanes por porción. De repente sintió que seguir viviendo en este mundo no era realmente fácil.