'•°Uno′

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Amar.

Yo no puedo amar, yo misma me identifico como una persona "Asíntota" Mi deseo de amar sube todo los días un poco pero aún así yo no puedo llegar a amar alguien.

Lo intenté todo, citas por internet, fiestas y hasta hubo veces en las que solía fingir que algo se me caía o un tropezón con alguien sólo para ver sí aquel chico podía hacer que yo le llegase a amar.

Pero nada.

Nunca sentí algo real por aquellos chicos, ningúno me hacía sentir nerviosa cuando estaba a su lado, ningúno tenía un buen sabor, algunos eran muy amables y eso era algo bueno pero jamás sonreí por estar realmente feliz, porque no lo era.

Deseaba conseguir a alguien que me hiciera sonreír genuinamente, que me pusiera nerviosa y sí es posible me excitara con solo palabras.

—Un trago de whisky, por favor. —Pido amablemente al chico rubio detrás de la barra quien sonrie amigablemente, recuerdo que tuvimos una cita, no tienen ni idea de lo malos que son sus chistes.

—Yo quiero lo mismo que pidió ella— La voz masculina a mí lado me hace girar la cabeza, un chico muy alto,castaño y con traje sonríe.

Lo escaneo de pies a cabeza hasta encontrarme con sus ojos marrones, inmediatamente me giro otra vez.

"El no es" pienso, pero aún así lo intento.

Ambos tomamos de nuestro whisky, paso mi cabello detrás para dejar mis hombros al descubierto y pude ver de reojo como el chico relamío sus labios.

—Ese traje te queda bien. —Dije sin mentir porque sí le quedaba bien.

—Y sin él también me veo bien — Me sorprendió la manera en que lo dijo, era un descarado. —A ti tampoco te queda mal ese vestido, aunque.. creo que en mi cama se vería mucho mejor.

Soltó una sonrisa picarona.

Bastaron dos whiskys más, para que el deseo nos dominara totalmente a ambos.

Nos besamos mientras el abría la puerta de su departamento ahí fue la primera vez que olí ese embriagador aroma, no solo era su perfume era él.

Una vez que estuvimos adentro sus manos corrieron por mis brazos hasta llegar a mi cintura, me alzó y llevo hasta su habitación como si mi peso fuera el de una pluma.

La única luz era la de la luna que apenas lograba entrar por la ventana. Lo ayudé a quitarse el traje y el a mí el vestido él cual cayó por alguna parte de la habitación.

Su rostro era muy pálido, aunque sus mejillas estaban notoriamente sonrojadas.

El estar encima de mí lo hacía ver aún más bien que con ese traje.

Su erección se presionó contra mí, gemí por lo bajo.

Sus dedos jugaron con el borde de mis bragas torturandome un poco.

Odiaba esperar.

Gruñí en protesta y él me las quito dejándome totalmente expuesta, me abrió las piernas y no aviso cuando su lengua entró sin permiso en mí punto.

Sentí mis mejillas arder y me sorprendí por eso, tomé su cabello y gemí fuerte al sentir su lengua fría jugar de un lado a otro.

—Sabes tan bien..

Cuando terminó de explorar mi cavidad se posicionó entre mis piernas y las abrió aún más, no esperó un segundo y metió su miembro dentro de mí, mis manos se sujetaron de las sábanas, el fue tan fuerte que mi gemido quedó atrapado en mí boca.

Ni siquiera esperó unos segundos a que yo me adaptara, el salió una y otra vez como a él le gustaba. De ves en cuando pude escuchar le un quejido por lo bajo, también llegue a ver cómo una gota de sudor bajaba por su frente.

Gemí una vez más cuando el se corrió en mí, sentí mis piernas temblar bajo él, ambos llegamos al orgasmo.

Él besó mis labios, un beso corto. Y se dejó caer a mí lado.

Estaba tan sumida pensando que sólo era sexo y ya, que el no era el indicado que jamás se me pasó por la cabeza que realmente él si lo era.

—RosiRose🌸

(Este libro y todos lo que vienen son dedicados a mi novio, porque es quien me da fuerzas para todo)

Asíntota; Jeong Yun Ho. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora