Capítulo 20

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MADRID. CALLE HUERTAS (BARRIO DE LAS LETRAS) 6 de Abril de 2030. 12:11 p.m 

Anaju.

Estaba sentada en el sofá cuando el timbre sonó. Sonreí sincera a modo de saludo cuando abrí, y dejé que Samantha me abrazara. No era algo que ocurriera muy a menudo. Las muestras de amor y yo ya no éramos muy amigas. Bueno con una persona sí, pero es que ese amor era excepcional.

- ¿Qué tal estás, guapa?. -Preguntó mientras colgaba el abrigo en el perchero del pasillo.

- Bueno, no es que tenga muchas ganas de tener que ir ahora a casa de mi prima. -Respondí.

- Tía, no digas eso, yo estoy muy emocionada por lo de hoy. -Dijo mi amiga. -Hace mucho que no comemos todas juntas.

- Se te olvida que somos nosotras, mis tios, mis padres, mi hermana, mis primos...Y el prometido de Paula. -Enumeré. -Me da mucha pereza, te lo aseguro.

- Siempre te quejas y luego disfrutas como una enana. -Replicó Sam. -Por cierto, hablando de enanas...¿Donde anda Bella?.

- En su cuarto. Lleva encerrada media mañana, dice que no quiere hablar con nadie. -Expliqué.

- Eso lo soluciona la tita Sam en un momento. -Mi amiga se levantó y caminó por el pasillo hasta la habitación del final. -Princesa, ¿no vas a abrir a tu tita?

- ¿Estás sola?. -La voz de la pequeña se escuchó al otro lado de la puerta.

- Que va, estoy con mamá. ¿Por qué?. -Yo observaba la escena divertida.

- No quiero hablar con ella. -Me la imaginé sentada en el suelo cruzando sus pequeños bracitos sobre el pecho.

- ¿Y eso?, ¿Qué ha pasado?. Cuéntame. -Sam me miró preocupada y yo moví la mano haciendo un gesto para restarle importancia.

- No quiero que me haga trenzas, quiero llevar un lazo, y no me deja. -Bella explicó tras la puerta.

- No es verdad. -Repliqué acercando mi oído a la puerta, igual que Sam.

- Sí lo es. -Sam no aguantó más y abrió la puerta. -¡Eh, no te he dejado entrar!. -La pequeña miró con el ceño fruncido a Sam.

- Ya, pero me ha dado igual. Tú no lo hagas ¿eh?, si no te dejan entrar, no pases. -Le señaló.

- Un poco tarde para intentar educarla, ¿no crees?. -Dije divertida desde el marco de la puerta donde estaba apoyada.

- ¿Cuál es el lazo que te quieres poner?. -Preguntó Sam ignorándome por completo. La pequeña señaló un lazo blanco que tenía a su lado. -Ay cariño es precioso. Venga yo convenzo a mamá para que te deje llevarlo.

La niña se levantó del suelo, y abrió sus brazos para que Sam la cogiese. Obviamente, Sam no se pudo negar y la alzó.

Así llevábamos dos años. Yo intentando educar a Bella y todos mis amigos y familiares malcriándola. Lógicamente adoraba que lo hicieran. Esa niña fue el mayor regalo para todos.

No puedo negar que cuando me enteré de que estaba embarazada, lo pasé mal. Sabía perfectamente quién era el padre y si pudiera quedarme alguna duda, el parecido físico era la respuesta. Afronté esa situación sola, no quería avisar a nadie. Visto lo visto él tenía cosas más interesantes de las que ocuparse.

Bella era una niña rubia, con la piel más clara que yo, y los ojos color nácar. De mi genética no se llevó absolutamente nada. Solo podía asegurar que era mi hija, porque el día del parto la que estaba allí era yo.

-¿No ha venido el tito Fla?. -Preguntó la niña cuando Sam empezó a cepillarle el pelo.

- No mi niña, hoy vamos de comida solo las chicas, ¿te parece bien?. -Respondió la rubia mayor.

Todo al rojo || AnahugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora