Capítulo 31

2.2K 126 286
                                    

MADRID. CALLE HUERTAS. (BARRIO DE LAS LETRAS). 18 de Abril de 2030. 22:42 p.m.

Anaju.

- ¿Estáis con Ana Julieta?. -Preguntó el rubio después de un silencio incómodo.

- No solemos entrar en casas ajenas la verdad. -Habló Flavio.

- Quiero ver a Anaju. -Escuché decir a la voz del padre de mi hija.

- Por querer, queremos tantas cosas...yo quiero un millón de euros. -Respondió Flavio a lo que le siguió la risa de Bruno.

- ¿Ahora qué sois? ¿Sus guardaespaldas?. -Preguntó Hugo con tono nervioso.

- No, somos los que tienen que venir siempre a unir lo que tú rompes. -Contestó Bruno.

No veía la cara de Hugo, pero pude imaginar que rodó los ojos, como siempre hacía cuando las cosas no salían como él quería. Y suponía que escuchar verdades dolorosas, por parte de los que hace años fueron sus amigos, no era algo que le gustase.

- ¿Vais a dejarme entrar? o ¿vamos a seguir discutiendo aquí en la puerta?. -El rubio no paraba de intentar entrar en mi casa.

-  Pues mira, eso lo tiene que decidir la dueña, y visto lo visto no ha venido a abrirte, sino que hemos sido nosotros así que...por ahora te quedas aquí. -Samantha sonrío orgullosa desde la mesa por las contestaciones que Flavio  le estaba dando a Hugo.

- Tienen razón con eso de que todo lo malo se pega. Cada día te pareces más a Samantha. -Hugo empezaba a estar enfadado, o al menos eso parecía.

- Para hablar de mi novia te tienes que lavar la boca. -Flavio sonó brusco y se escuchó a Bruno tranquilizar al moreno.

Me levanté de la silla, estaba dispuesta a ir al pasillo, hasta que la mano de Mai me detuvo.

- No se merece que le escuches. -Dijo mirándome triste.

- Mai tiene razón. No caigas tan pronto, ha venido porque sabe que le vas a escuchar pase lo que pase, y no puede ser así, tienes que enseñarle que no valen cuatro palabras bonitas, tiene que aprender que tú no vas a estar ahí cada vez que a él le dé la gana. -Volví a sentarme tras las palabras de Samantha.

- Anaju por favor, necesito hablar contigo. -Oí los gritos de Hugo desde la puerta. -Y Flavio y Bruno no van a poder detenerme siempre.

- ¿Qué narices quieres decirle después de lo que le has demostrado esta mañana? Su prima la trata como la trata y tú vas y la besas en su cara. Dices que no quieres que Bella tenga un padrastro gilipollas, pero desde luego tampoco se merece a un padre que trata a su madre así. -Las palabras de Bruno me dolieron hasta a mi, así que no quería ni imaginarme lo que debió sentir Hugo.

- Mira queda claro que no me soportáis, el sentimiento es mutuo, pero siempre os posicionáis en el mismo lado y nunca me dejáis explicarme. -Protestó Hugo.

- Es que cuando las explicaciones solo son excusas y no argumentos, no sirven. -Volvió a hablar Bruno.

- Esto es absurdo, esta situación es surrealista. -Se quejó el rubio. -Vais a conseguir que Bella se despierte, y yo solo quiero hablar con la madre de mi hija.

Miré a Samantha y a Mai.

- Voy a ser yo la que hable, no voy a escucharle. -Salí del salón y los tres pares ojos que se encontraban en el pasillo, se giraron para mirarme.

- Dejadnos solos. -Pedí a Flavio y a Bruno, los cuales me dieron un beso antes de volver al salón.

- Te han salido un par de perros guardianes. -Dijo Hugo cuando nos quedamos solos.

- Junto con Bella es lo único bueno que me llevé de nuestra relación. -Respondí cerrando la puerta cuando el rubio entró en casa.

- Ayer dijiste que no te arrepentías de mí. -Contestó triste.

- Supongo que a los dos nos jugó una mala pasada la imaginación. -Dije haciendo alusión a las palabras que él había dicho aquella mañana.

- ¿Vas a estar con indirectas?. -Preguntó frustrado.

- No, solo voy a decirte un par de cosas.Estás con Paula, me parece perfecto, todos tenemos derecho a rehacer nuestras vidas, pero no juegues con ella como lo hiciste conmigo. Y si le vas a andar diciendo las mismas cosas que me decías a mi, por lo menos, asegúrate de que yo no esté delante. Y la segunda cosa, a mi me puedes hacer daño soy lo suficientemente adulta como para valorar si te perdono o no, pero a Bella no le vuelvas a hacer lo que le has hecho hoy. Si vas a entrar en su vida para prometerle cosas y  luego no cumplirlas...te puedes ir por donde has venido. -Estaba enfadada.

- Ana...estoy intentando afrontar esta situación de la mejor manera posible. -Dijo Hugo.

- Pues menos mal, porque lo estás haciendo de culo. -Respondí sincera.

- Lo estoy haciendo de culo para ti porque no he vuelto a tu lado suplicándote que seamos pareja. Para Paula lo he hecho perfectamente. -Me miró con rabia.

- Como lo hagas para Paula, me da exactamente igual, solo me importa cómo lo estás haciendo para la persona más importante de mi vida que es Bella. -Contesté.

- Es a ella a la que le tengo que pedir perdón entonces. -Finalizó Hugo.

- Sí. -Abrí la puerta para que se fuera. -Un consejo, ya que tanto amas a mi prima, no te cuestiones más veces que hubiera pasado si hubieras interrumpido mi boda. Si yo fuera Paula no me haría ni puta gracia que mi pareja se preguntase esas cosas respecto a su ex. 

- ¿Sabes cuál es tu problema Ana?. -Preguntó chulesco.

- Tengo muchos, tú eres uno de ellos. -Respondí alzando mi ceja izquierda. -Y ahora, si me haces el favor, vete de mi casa.

-  Tu problema es que nunca reconocerás que te destrozó por dentro verme el otro día prometido con tu prima, porque en el fondo sigues queriendo que te ame a ti. -Me miró a los ojos y se acercó a mi.

- El problema que tienes tú es que has buscado a una copia barata de mí, porque la original se te quedó grande y encima no la puedes olvidar. -Acerqué mi cara a la suya de manera desafiante.

- No voy a darte el gusto de besarte. -Respondió mirando mis labios.

- No te lo he pedido, es a ti a quien le están entrando ganas. -No bajé mi mirada a sus labios, eso solo significaba que perdería la batalla.

- Eres una jodida tortura. -Humedeció sus labios.

- Pues aléjate. 

- Ojalá pudiera. -Agarró mi cintura con fuerza.

- Adiós Hugo. -Separé su cuerpo del mío y le empujé hasta que salió del piso. Cerré la puerta y eché la llave. 

Volví al salón con mis amigos los cuales me miraban interrogantes.

- Esto no va a salir bien. -Respondí mordiéndome el labio nerviosa.

***

Holaaaaaaa!! Pues hasta aquí el segundo capítulo del día.

Disfrutadlo preciosxs. 

Nos leemos!!
Una payasa más adicta al limón y a la sal.

Todo al rojo || AnahugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora