Día 3

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Día 3: mascotas

    —Lo llamaré Jiro —fue lo único que dijo el muchacho cargando a un cachorrito frente a él para que su familia lo apreciara.

    Sus hermanos mayores realmente no daban crédito a lo que veían, siempre creyeron que el menor sería un chico de gatos, más aparte de la especie no esperaban que fuera precisamente él quien llevara una mascota a casa.

    —Es muy lindo Shoto, y claro que se puede quedar, verdad —su hermana quedó encantada con el cachorro y los otros dos sabían que aunque lo quisieran negar el perrito no se iría así que solo asintieron sin decir nada— pero dime ¿de dónde lo trajiste y por qué de repente has decidido tener una mascota? antes decías que no querías.

    Ante su última pregunta todos se dirigieron a la sala de estar y el pequeño animalito paso por las manos de sus hermanos hasta terminar en las del mayor que lo miraba fijamente, pero los demás ignorado eso al momento en que Shoto comenzó a hablar.

    —Una señora del vecindario estaba regalando a sus cachorros, solo lo vi y al instante me recordó a alguien especial, por eso lo he traído.
    —¿Alguien especial? ¿Quien? —pregunto extrañado su hermano de cabellos albinos.
    —Vaya, vaya con que sí es eso, ya se tu secreto Shoto —mencionó burlón el mayor de los tres chicos.
    —¿Qué, ya sabes quién es? Touya
    —Vamos Fuyumi, de Natsuo lo creo él casi no lo conoció pero deberías notarlo —levantó al pequeña para colocarlo en la mesa de centro frente a ellos tres, Shoto no mencionó nada pues realmente no le importaba si sus hermanos lo sabían— solo ve este pelaje castaño rojizo, sus inusuales ojos rojos y mira esto —elevó el hocico del perrito para que miraran y con el dedo toco una pequeña cicatriz en el ojo derecho— solo dime que no lo hiciste tú, eso sería muy malo.

    El Todoroki menor ignoro el último comentario del de cabello oscuro pero sus otros hermanos se molestaron a que Touya insinuara a que su querido hermanito menor hizo algo malo a lo que ambos golpearon al otro con sus codos y este solo rió ante el acto, mientras el menor seguía ajeno a sus acciones.

    —La señora dijo que es muy hiperactivo y que molestó al gato del vecino.
    —¡Ah ya recordé! Kirishima Eijiro, por eso Jiro —exclamó repentinamente su hermana, Shoto asintió y con cuidado tomó al cachorro en sus brazos— Shoto, eso es tan dulce, pero no has visto a tu amigo desde que se graduaron hace cuatro años.

    Touya mencionó entonces que se encontraban algunas veces antes de entrar a universidades diferentes y de ahí que ya no lo volvió a ver.

    —Esperan, ¿hablan del chico de los dientes de tiburón, el que le gustaba a Shoto?
    —Si, él… —Shoto mostraba una radiante sonrisa mientras acariciaba al pequeño y su mirada mostraba un brillo que sorprendió a sus hermanos — tengo la sensación de que nos volveremos a encontrar.

    —¡MAMÁ, NECESITO TOALLAS!

    El grito del chico se escuchaba desde fuera de la casa, apenas había pasado la reja de la entrada grito para escucharse por sobre la fuerte lluvia, al atravesar la puerta y cerrarla tras de sí su madre ya lo esperaba, ella ya estaba preparada al ver como la lluvia aumentaba y saber que su hijo salió sin ningún paraguas, lo que no esperaba era ver cómo su niño desde dentro de su chaqueta sacaba a un pequeño felino empapado.

    —¿De dónde …?
    —Estaba en un caja no podía dejarlo o podría haber muerto —respondió agitado tratando de secar y limpiar un poco al pequeño.
    —Oh Eijiro, ¿que harás con él? —pregunto ya que sabía con su hijo las cosas podían ser inciertas.
    —Mañana lo llevare a un refugio, por ahora ¿que debería de darle a comer?

    La madre entendió la decisión, nunca considero que su hijo fuera un chico de gatos, y a ambos le iban mejor los perros, además solo pasaba por la casa en sus vacaciones escolares, no estaba segura de que él se pudiera encargar de un gato cuando volviera a su apartamento así que concordaba era mejor buscar un lugar para el pequeño, aunque pensaba algo de compañía no le iría mal al joven Kirishima.

    —No es tan pequeño ya comerá bien, yo me encargo de buscar algo tú ve a bañarte y a limpiarlo está lleno de lodo, no olvides lavar todo.
    —Claro, gracias.

    Kirishima subió al baño junto al minino que aun cargaba, al entrar se desnudó hasta quedar en calzoncillos y busco cosas para darle un baño al pequeño que chillaba dando vueltas por el cuarto, al tener lo que creyó sería suficiente para su baño tomó al pequeño y con el agua ya tibia lista acercó el brazo de la ducha abierta apenas un poco para comenzar pero el pequeño enterraba sus pequeñas garras en su piel y le dificultaba su labor.

    —Vamos pequeñito, lamento mojarte tan pronto pero esta agua tibia es mejor que la fría de la lluvia, después quedarás radiante y te dejaré dormir en mi cama… ¡Ah¡

    Mientras lo lavaba noto algo en su  cabecita que le causaba intriga y al terminar de secarlo la sorpresa le invadió por lo que solo pudo gritar y salir corriendo escaleras abajo pero teniendo cuidado para no caer y lastimar al pequeño.

    —¡MAMÁ! —el grito inicial resonó por la casa y asustó a la mujer pero antes de hacer o decir algo Eijiro entró apresurado a la sala con el minino en manos— ¡Mamá quiero conservarlo!
    —Solo eso —dijo en reproche por el susto anterior— no me asustes, y termina de vestirte, dámelo, le daré de comer.

    Eijiro río nervioso y regresó al baño para ducharse rápido y vestirse correctamente. En tanto la madre alimentó al pequeño y lo inspeccionó para averiguar el cambio repentino en su hijo, no le tomo mucho el notar el porqué de su repentina emoción. El gatitos tenía un pelaje tan blanco con una única y gran mancha café sobre su ojo izquierdo que abarcaba hasta su oreja, al igual que mostraba unos ojos heterocromáticos, café en el derecho y azul del izquierdo, le parecía extraño y divertido las coincidencias con aquel chico del que su hijo estuvo enamorado durante el instituto.

    —Ya veo por qué lo quieres —mencionó cuando Eijiro llegó a su lado y el gatito se acomodaba en su regazo— no lo has vuelto a ver desde la graduación ¿cierto?
    —Han pasado años, pero ahora siento que nos veremos pronto, ¿no lo crees pequeño Sho?

    En una tarde calurosa otros cuatro años después, Kirishima y Todoroki despertaban al mismo tiempo por los constantes ladridos del perro que esperaba poder salir de casa a un paseo y del gato que subió a su cama pidiendo por algo de comida.

    Animado por la nueva mañana Eijiro deposito un beso de buenos días en los labios de Shoto antes de salir corriendo junto al perro para iniciar con su rutina, en tanto el Todoroki se estiraba para salir con más calma siendo seguido por el silencioso gato.

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⏰ Última actualización: Apr 23, 2020 ⏰

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