Capítulo 3

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Mamá me da un beso en la mejilla y me abraza con fuerza, se aparta de mí para enjuagarse las lágrimas en las mejillas y mi hermano me abraza con fuerza.

-No termino de entender por qué haces esto –dice en mi oído.

Sonrío y le abrazo con fuerza.

-Estudia mucho, te quiero –digo en su oído.

Es algo que nunca le he dicho, ni siquiera cuando me fui a Texas. Pero esta vez es completamente diferente, no me voy a varias millas de distancia, me voy a la otra punta del planeta. Ni siquiera sé cuándo voy a volver, o siquiera si voy a tener el valor de hacerlo.

-Así que Nicky Cooper ya no existe –dice Elliot cuando se aparta de mí.

-Pretendo empezar de cero, sí –digo.

Mamá me mira preocupada, así que vuelvo a abrazarla.

-Voy a echaros mucho de menos –digo y bajo la voz para que lo siguiente no lo escuche Elliot-. Nadie puede saber dónde voy, ni qué voy a hacer, por eso no sabéis nada, te lo explicaré algún día, pero tengo que protegeros.

Mamá me da un beso en la mejilla y se aparta para volver a llorar. Agarro sus mejillas y seco sus lágrimas.

-Tú quisiste que solo me llamara Abigail, pues ese es ahora mi único nombre. Ya no hay ninguna Nicky.

Sonrío para tranquilizar a mi madre y llaman a los pasajeros de mi vuelo. Agarro mi maleta, vuelvo a abrazar a Elliot y besar la mejilla de mi madre y voy a la pasarela de embarque.

No sé cuántas horas paso dormida en el avión, pero cuando la señora sentada a mí lado me da un codazo al abrocharse el cinturón de seguridad, ya hemos llegado a Madrid.

Resoplo al darme cuenta de que aún queda una hora y media para el vuelo a Hamburgo, así que compro varios paquetes de comida basura en las máquinas expendedoras y me paso la siguiente hora leyendo y comiendo chucherías. Llaman por megafonía para embarcar en el vuelo a Hamburgo y arrastro mi maleta de nuevo dentro de un avión.

Antes de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora