XV

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No estoy preparada para esta situación.

Pienso eso mientras Xiumin me guía por su vivienda. Es una casa sencilla, sin muebles ni decoración excéntrica y con una bonita distribución. Está impecable, y en el ambiente de percibe un ligero aroma a naranja, que posiblemente pertenezca a un ambientador. Agradezco el calmado olor, ya que ayuda a suprimir mi nerviosismo por unos segundos. Debería estar confiada, pero tengo miedo de lo que Wheein pueda hacer. Esa sonrisa de antes, no indica nada bueno.

Xiumin nos conduce por el pasillo, donde fotos de su yo joven, y una pequeña niña están colgadas en el pasillo. Reconozco a Byul entre todas las fotos. Hay varias de ella, y tengo que reprimir una risa cuando veo una en específico, donde la pequeña de lo que parece no más de tres años, mira a una piedra sorprendida y la señala con los brazos abiertos. Sus mejillas regordetas me hacen querer apretarlas y dejarle besitos.

Byul, después de tantos años, sigue siendo igual de adorable que esa niña pequeña.

Cuando llegamos al comedor, Xiumin nos insiste en sentarnos y acomodarnos de la mejor manera posible mientras él va a buscar a Byul, que sigue en su habitación y que por lo visto, aún no nos ha escuchado llegar. 

No sé de quién fue la idea de esta cena, pero puedo figurarme que ha sido Xiumin. Byul no plantearía algo tan arriesgado para nuestra relación. Sobretodo, porque por muy buenas actrices que podamos llegar a ser, hay cosas que no pueden disimularse. Como la forma en la que nos miramos mutuamente. Hay tantos sentimientos de por medio, que es difícil ocultarlo. 

Wheein y yo nos sentamos la una frente a la otra. Esperaba que no me hiciera el feo, más parece que le da igual. Es de lógica que se hubiera sentado a mi lado.

Cabe la posibilidad de que si Xiumin se apresura, se siente a mi lado. No soy idiota, tampoco ciega, me he dado cuenta de como Xiumin se interesó por mi desde el primer día.

Quizás Wheein piensa que Xiumin y yo tenemos algo.

No es que el muchacho sea poco atractivo, al contrario, podría dedicarse a la industria del entretenimiento si él quisiera. Simplemente no me interesa.

—¿Qué planeas?—Le pregunto a mi hija.

—Nada.

Seré sincera. Al principio creí que Wheein ya era lo suficientemente madura como para comprender la situación, que esto es lo mejor para nuestra familia y relación. Si me he decantado después de mucho tiempo por esta opción, es porque es la única solución posible. Más me equivoqué. No solo no tiene la madurez necesaria como para aceptarlo, si no inclusive se atrevió a discreparme y acusarme falsamente. 

—Luego tenemos que hablar, y en condiciones —Le aviso.

No voy a dejar que Wheein me grite de esa manera sin tener consecuencias después de sus actos. Ante todo, y por muy desacuerdo que pueda estar con lo que yo diga, tiene que respetarme. No soy una persona cualquiera para tratarme así. Ya estoy harta de que Wheein haga conmigo lo que le da la gana.

Quizás he sido muy indulgente con ella.

Wheein iba a replicarme, pero unos pasos la interrumpen. Xiumin baja las escaleras, seguido de mi novia. Byul no se ha esforzado mucho en su atuendo, lleva ropa casual y ni una gota de maquillaje. Aún así me parece preciosa, y aunque no puedo expresarlo en voz alta, si puedo contemplarla silenciosamente.

—Hola.—Saluda, cortésmente mientras da una inclinación con la cabeza.

Wheein debería de aprender un poco de sus modales.

—Bueno, ya que estamos todos, traeré la cena.

Ya decía yo que olía a comida recién hecha.

Divorcio |Moonsun|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora