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—Pero, ¿a ti qué coño te pasa?

Eric se echó para atrás, sorprendido ante mi repentino reproche. Trató de sujetarme, pero le fue imposible.

—Quiero una explicación, ahora.

Me miró a los ojos. Los tacones hacían que estuviera a la par de su altura, y mi cara, no era la más feliz del mundo. Eric debía suponer cual sería su destino.  

—Yo...

—Nada de "yo". Dame una puta explicación y déjate de tonterías, que ya estás mayorcito.

Aún no me entra en la cabeza. ¿A quién le ocurre anunciar algo así, cuando ni siquiera es verdad? Ni lo consultó siquiera. Tengo más que motivos para estar cabreada. Agarro su rostro en mis manos, obligandolo a mirarme. Escapar de mi no le va a servir.

—¿No que estábamos unidos, y eramos muy sinceros entre nosotros?—Pregunté retóricamente, incapaz de sostener las palabrar.—Porque no lo parece.

—Yong, amor, entiendeme.

—¿Entender el qué?

Le tengo el suficiente respeto para dejar que se explique, además busco respuestas. Eric es impulsivo, si, pero siempre hay una razón detrás de sus acciones. 

—Necesito subir de puesto y—

—Con tu actual trabajo ya ganas una buena suma de dinero.—Le corté.

—No el suficiente.—Negó con la cabeza.

—Claro, es cierto, no te da para gastartelo en cerveza y casinos.

Se creerá que la policía es tonta. Sé de sobra que la mitad de su dinero va a parar en bares y casinos, en vez de ahorrar para alguna emergencia o inventirlo en algo más provechoso. No, él no puede hacer eso.

Me tuve que casar con un ludópata.

¿Cuándo empezó? Creo que al poco de Wheein nacer. Me decía que iba al trabajo, pero una vez Wendy lo pilló en un casino, justamente donde ella trabajaba. Desde ahí lo tuve claro. Eric se estaba volviendo un adicto al juego, pero yo no podía impedirselo, suficiente tenía ya con la universidad y con la niña. Ser madre universitaria no ha sido fácil. Yo se lo permití porque pensé que era su forma de desestresarse, después de todo tuvo que dejarlo todo por formar una familia conmigo, no podía ser tan egoísta. Pero ya veo, que fue una decisión errónea.

Odio tanto que las cosas hayan acabado así. 

—Y no te atrevas a negarlo Eric, necesitas ayuda. 

—No necesito ayuda cuando no tengo ningún problema.

—¿Es que tú mismo no ves en lo que te estas convirtiendo?

Hace mucho que acepté que, el Eric del que alguna vez me llegué a enamorar, no existe. Quedan pedazos de él, pero su esencia ha desaparecido. Me duele, más no voy a derrarme ni una sola lágrima más por él, ya no.

—Eric, ¿qué es lo que pretendías decir diciendo que estoy embarazada?

—Si se enteran de que estoy esperando un hijo, me aumentarán el sueldo como mínimo, conozco a mi jefe.—Confesó.

—Que jefe más simpático.—Dije con sarcasmo.—Esas cosas no pasan en la vida real. Seguramente les de igual.

—Eso no es verdad, Jin habló conmigo sobre eso.

Y yo voy y me lo creo. No tiene sentido. Nadie hace algo así. Hay personas con diez hijos ganando una miseria, y nadie es capaz de aumentarle el sueldo ni por pena.

Divorcio |Moonsun|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora