Despertar de una hermosa siesta nunca fue mi cosa favorita en el mundo, pero que me despierten unos mocos irritantes saltando en mi cama es peor de lo que muchos podrían pensar.
Me moví cual gusano en mi cama intentando escapar de mi horrible rutina, ahogando mis gritos agonizantes en la almohada mas cercana.
Pero cuando creo que las cosas no pueden ir a peor Moco 1 arranca la almohada de mis manos y con esta empieza a golpearme.¿Ustedes como llaman esto? A esto yo lo llamo maltrato infantil.
Defendiéndome como puedo, logro salir de mi cama, y arranco la almohada de las manos del moco 1, talvez si tan solo tuviera el superpoder de eliminar a quien yo quiera con la mirada estos mocos estarían en el Sahara, intento comprobar si de verdad tengo poderes mentales, y suspiro decepcionada al ver que no, ¿Eso acaso tiene sentido?
Moco 1, 2 y 3 parecían cada vez más y más extasiados, ¿Acaso desayunaban cocaína?
Y al ver que ya no pueden hacer nada más para arruinar la que pudo ser una hermosa mañana, los mocos salen corriendo, riendo de lo triste que es mi vida.Niños del demonio...
Camino hacia la puerta para cerrarla, pero doy un salto hacia atrás cuando esta se abre por completo estrepitosamente y de ahí sale el horroroso humanoide que se hace llamar mi hermano, con su típica sonrisa estúpida.
—¡Niños!
Lanza un grito mamá.
—¡Lo siento!
Cierro la puerta mientras él se lanza contra la cama y se pone más cómodo de lo que debería.
Déjenme contarles, no tengo la familia más normal, somos una familia enorme de inadaptados—Excepto yo, por supuesto— a veces.
Tengo seis hermanos, o como yo digo, seis molestias.
Están los mocos, o como mi mamá los llamo el día de su nacimiento, Helena, Juno y Selene.
Si, son trillizas, y si, todos son nombres mitológicos, no por algo mi madre es historiadora —o hippie con complejo de odio a nombres comunes—.
Tienen 8 años y son un total peligro para la humanidad, nadie sobrevive si están mucho tiempo cerca.
Luego esta Isis, típica adolescente que cualquier chica de 15 años es; tiene mil millones de crushes, no sale de su habitación a no ser que sea para comer o para pedir dinero, le gusta quejarse de todo —vale, yo también, pero ese no es el punto— y solo me habla cuando quiere algo.
Como pueden ver a mi madre realmente le gusta mucho la mitología algo que comparte o compartía con mi padre.
Luego esta el inadaptado que esta en mi cama, él, bueno, él es él.
—No sabia que venías de visita.
Me senté en mi cama y lo observe detenidamente.
Thot casi no viene a casa, a no ser que sea en vacaciones, ya que su vida de universitario no lo permite.
Él hace un sonido raro, y parece estar dormido.
No me sorprende por la grandes ojeras que hay en su cara.
Y saber que esa vida es la que llevaría en un año me aterrorizaba.
Me levanto y me dirijo hacia al comedor.
Siempre me pregunte cómo mi madre llevaba sola una familia tan grande.
Si lo hiciera yo lo más probable es que me volvería loca.
Dafne Rye es la mujer más fuerte que conozco, con 19 años quedo embarazada del bastardo de mi padre, el cual no quiero mencionar, lo cual los llevo a un matrimonio forzoso y blablabla, claramente tuvieron más hijos y bueno, un día mi padre desapareció, tampoco me importó mucho porque el nunca traía nada bueno a casa.
En otras palabras era una máquina de esperma y cada vez que pensaba en el no podía evitar sentir repugnancia.—Luces bien hoy —observo mientras cojo una manzana del mesón y la muerdo.
Ella me sonríe dulcemente y me da un beso en la mejilla para continuar cocinando para los osos hambrientos que están a punto de venir. Dafne es un mujer preciosa, obviamente ¿De donde creen que saque lo perfecta?, cabello negro, y esbelta, y yo sigo sin saber como después de haber tenido 6 hijos y parecer que nunca tiene tiempo para ir a un gimnasio.
Ella suele decirme que me parezco a mi padre, lo cual me hace querer arrancarme los ojos, pero su mirada de amor hace que me tranquilice.—Estoy pensando contratar un niñero...
—¡¿Qué?! —exalto —Pensé que ese era mi trabajo...
Ella se voltea indignada y me mira con una ceja alzada, mientras yo me intento hacer mas pequeña en mi sitio.
—La ultima vez que los deje solos a tu cuidado, ¡Quemaron las cortinas!
Yo sonrió incomoda recordando ese día con un poco de diversión.
—Aparte una amiga me dijo que su hijo estaba buscando trabajo y que era muy bueno con los niños... Y no es muy caro así que ya está decidido.
No es que tuviéramos problemas económicos, porque con su trabajo, las ayudas del gobierno y una pequeña parte del sueldo de Demian nos alcanzaba para todo y un poco más, y mi madre era una grandísima tacaña, así que todo centavo que podía salvar, lo salvaba.
Hice una mueca enfadada, cuando dio la vuelta.
Esto es pésimo, horrible, lo peor que pudo existir desde la ruptura de Dave Grohl y Kathleen Hanna.
Ese pequeño sueldo que mi madre me daba me ayudaba a ahorrar para una moto. Y todo por que los mocos quemaron un poco las cortinas. Estúpidos niños, estúpidas cortinas, y estúpida siesta.
—También estaba pensando en que si te podrías quitar esos feos metales de la cara.
Levanto la mirada rápidamente para ver como mi progenitora se iba con descaro de la cocina.
Bufe silenciosamente, eso jamás pasaría.
No tengo demasiados, pero tengo los suficientes para que una vieja se escandalice, y también los suficientes para que mi madre los odie.
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No otra maldita historia de dioses furiosos
Teen FictionSer una adolecente no era fácil. Soportar unos hermanos irritantes, una madre que ama el control, y unos dioses caóticos que solo buscan maldecirla, podrían ser el fin de Circe Rye. El único chico del que se había enamorado, inalcanzable. Sus intent...