In your blood.

Bonitos ojos.

Jimin:

Me siento mareado y con ganas de vomitar. A lo lejos como de fondo escucho a alguien decir "debes irte muchacho" pero yo lo ignoro y grito con fuerza.

—¡Tráeme otro trago!

Me dejo caer sobre la mesa y me hago bolita.

—¡Ya fue suficiente, largo!

Abro los ojos y todo me da vueltas, me doblan las ganas de vomitar. Siento que soy tomado por los brazos como trapo viejo y luego un impacto contra algo húmedo y frío. Me aventaron tal cual perro a la calle.

Me levanto a penas, Hoseok está mirándome del otro lado de la calle con decepción y yo le doy una pequeña sonrisa apenada.

—Perdóname...— le ruego.— se que este no soy yo, pero duele, me dueles.

Él no responde ni se mueve. Solo me mira con esos profundos ojos suyos y ya.

Doy pasos vacilantes al frente y escucho el sonido de un claxon, pero me da igual, sigo avanzando, casi llego a él.

—¡Jimin!.— grita alguien, la imagen de Hoseok se desvanece en él aire y se va volando, llevándose mis esperanzas de que pudiera llegar a tocarlo, a tenerlo de nuevo.

—¡No!—estiro mi brazo intentando alcanzarlo pero es inútil, se ha ido.

Siento que alguien me toma por la camisa y me jala atrás. Estoy de nuevo en él piso. Ni siquiera sentí dolor al caer, mi mente sigue abrumada con el recuerdo de mi Hobi.

—¡Maldito, casi llegaba a él!— le reclamó a quien sea que me haya alejado de mi mejor amigo.

—¿A quién? Lo único a lo que ibas directo es a una muerte segura.

Entre mis espasmos y mi ebriedad logró distinguir él acento de Jungkook. Veo todo borroso pero, poco a poco, su imagen se hace más nítida y lo confirmo, es él.

—¡Tal ves quiero morir!

Me toma por la cintura y nos levantamos, me tambaleó y él sujeta con fuerza mi cuerpo pegándolo al suyo.

Jungkook:

Caminé durante un par de horas, buscando por todos lados a Jimin. Conocía él lugar como la palma de mi mano pero aún así no estaba en ningún sitió; o eso pensé.

Fuera de un bar un señor con un mesero llevaban un chico que reconocí de inmediato, lo lanzaron al piso y él entre tambaleos se levantó, pareció meditar algo antes de lanzarse a caminar atravesando la transitada carretera. Corrí tan rápido como pude, reprimiendo mis instintos de usar mis poderes de sobrenatural para salvarlo. Cuando por fin lo tomé de la camisa lo jale a mi, suspirando con alivio de saberlo a salvo.

Su olor tan cerca me mareó pero pude reprimirme con un esfuerzo que merecía un premio. Luego de discutir un poco con él decidí poner fin.

—Vamos a casa Jimin.

Lo tomé abrazandolo de la cintura y ayudándolo a caminar.

—¡No!— gritó empujándome, apenas me movió.— quiero ver a Hobi, mi Hobi está solo, solo y debe tener frío.

Balbuceó. Su mejor amigo había sido asesinado por un "oso". Era un cuento que no me tragaba.

—Iremos a verlo cuando estes mejor, ¿quieres que él piense que eres un briago?

Él pareció pensarlo, tenía la mirada perdida pero al final terminó asintiendo.

—Tienes razón hombre, no me puede ver así.