Conociendo al extraño.

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Jimin:

El frío aire pega con furia en mi cara haciéndome tiritar y abrazo mi cuerpo en un intento de subirme la temperatura.

—Maldición, a buena hora acepté venir contigo.

—Relájate Jiminnie, verás que encontraremos algo interesante.

Mi mejor amigo Hoseok camina a mi lado con una lampara en la mano, abriéndose paso entre la espesura del bosque. El plan según él es encontrar un lobo, supuestamente están extintos en esta parte del país pero él asegura que vio uno.

—Espero que así sea por que si no, no tendrá caso el haber venido.

Siseo cuando una ráfaga me abofetea.

—Shh.— escucho decir a mi amigo, me agazapo y me pongo alerta. Puedo ver a lo lejos entre los troncos de los árboles una sombra parecida a la de un humano que baila de tronco en tronco, es veloz, casi parece un borrón. Miro con preocupación a Hoseok quien está a mi lado igual en estado de alerta.

—¿Eso es...?— Shh.— repite mientras esconde la luz de la lámpara con su mano.

Regreso mi vista a la figura y noto con temor que está mirándonos.

—¡Hoseok!— grito en pánico cuando la figura se abalanza sobre nosotros con una velocidad atroz.

—¡Jimin!— es lo único que escucho antes de perderme en la oscuridad, me he desmayado.

Abro mis ojos con una lentitud perezosa, ha sido solo otra pesadilla de aquella fatídica noche. Voy a la cocina y tomo mi desayuno como todas las mañanas, me dirijo a la salida de mi casa y despido con una caricia a mi pequeño perro.

Desde la noche en que perdí a mi mejor amigo Hoseok nada es igual. Todo parece agrió, sin sentido. La culpa de su muerte aún ronda mi mente y corazón como el primer día que desperté y él ya no estaba.

"Ha muerto joven en el bosque, lo mató un oso, esperamos consuelo para toda su familia y amigos..."

Eso fue lo que las noticias dijeron, pero yo se que no fue así, no fue un osó, fue otra cosa... algo que aún no se identificar.

—Buenos días señora Vance— saludo a la cajera y entro por una puerta que dice "Acceso solo a empleados", me pongo mi uniforme y suspirando regreso a donde está la cajera colocándome en la caja registradora del frente.

—Hola hijo, ¿qué tal tu mañana?— hago una mueca de disgusto, siempre pregunta lo mismo y se que su objetivo es que un día tire abajo mi muro de protección y le cuente lo que siento por la muerte de su hijo. La señora Vance era la madre adoptiva de Hoseok.

—Estoy bien, señora, se lo aseguro.— es mentira pero ella asiente y lo deja pasar, se que lo sabe, conoce el dolor que siento porque ella también lo siente.

Muchos clientes entran y salen del pequeño mercado que atendemos, somos cuatro cajeros y en días como hoy; 10 de mayo, no nos damos a vasto. Al final termino mi jornada laboral totalmente exhausto y son apenas las cinco de la tarde.

Camino con tranquilidad en la calle, despejando mi mente como de costumbre.

—Hey.

In your blood.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora