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–La escuela de omegas con alfas es un asco– murmuro el beta bufando irritado mirando a un costado de la mesa de la cafetería donde se comía su almuerzo.
Las cosas habían cambiado bastante en menos de una semana y eso a Jungkook le irritaba bastante y bastante quedaba corto, muy corto. Sabía que el cambio de escuela con la llegada de los alfas sería algo que marcaría su día a día pero no pensó que habrían tantos cambio como los que ocurrían a continuación.
Miro la escena frente a él con profundo enojo que su ser podría brindar: ahí estaba Jimin, el hermoso y precioso omega del que llevaba enamorado ya bastante tiempo y que se supone que sería su pareja por un sentimiento compartido. El omega miraba triste mientras miraba como el alfa de olor a café le daba una rosa amarilla a Taehyung, mientras que este se sonrojaba y la aceptaba por pura pena que le producía el alfa. A Jungkook le dolió ver como lo habían cambiado tan rápido, no entendía las cosas de los alfas y omegas pero sabía que había más que una atracción entre ambos estatus. Lo bueno era que el omega aun lo toma enserio lo "suyo".
Seokjin, por otro lado, aun no le quería contar lo que sabía de la situación que cada vez le entristecía más y eso le frustraba, porque él era el único que no podía entender que sucedía.
Su enojo aumento en rabia cuando miro a "su" omega delicado con los ojos cristalizados al ver como el alfa de café le daba un beso en la mejilla al omega DarePink al que le había regalado la rosa. Jungkook por donde tenía entendido ellos dos no tenían una relación, ni estaban en proceso de cortejo, porque el omega de cabello bicolor no lo había querido así, sin embargo, él sabía también que el alfa siempre se esmeraba por impresionar a Taehyung y le regalaba pequeños regalitos que le terminaban por gustar más a Jimin que al mismísimo Taehyung.
El beta miro como el omega de dos colores en su cabello intentaba apartarse del alfa que aún le sostenía cálidamente la mano y en un descuido Jungkook miro a su otro lado y vio a Jimin estaba siendo ahogado en un ramo enorme de margaritas y una que otra gazania amarilla que se colaba en el ramo con un listón rosa pastel para atar las flores, el beta, hasta donde también tenía entendido, aquel alfa, al igual que él, estaba tras el adorable omega futuro sucesor de una manada entera, no se enojó por la acción del alfa porque sabía bien que su Jiminie no le atraía tal pretendiente, pero lo que si le gustaba era esas flores amarillas del ramón que lograron ganarse una sonrisa y un ligero rubor de mejillas, cosa que agrado a Jungkook porque por lo menos el semblante decaído de Jimin ya había desaparecido.
Volvió a voltear la mirada y se dio cuenta que la mirada penetrante del alfa de menta estaba sobre Jimin y el alfa de nombre Lay, sin embargo esta era muy rara, pues Jungkook no sabía cómo descifrarla... ¿odio? ¿Desdén? ¿Celos? no lo sabía, pero sí que era una mirada penetrante y no sabía si esa mirada era dirigida hacia Jimin o Lay.
