Parte 3 - ¿Esa soy yo?

6 0 0
                                    

DIARIO DE UNA RUPTURA (3°PARTE)

Esta noche no consigo dormir más de 3 horas. El reloj apenas se mueve y la desesperación porque pase la noche se hace cada vez mayor. Doy vueltas en el sofá toda la noche pensando en él, en mi vida. Echo de menos mi cama. ¿Cómo voy a dormir si estoy acostumbrada a tocarle durante la noche, para asegurarme de que está ahí, si ahora sólo hallo vacío? Añoro mi vida, mis sueños, mi hogar..., todo lo que de repente ahora no tengo. 《¡No tengo nada!》 Ese pensamiento me atraviesa el pecho. ¿Qué voy a hacer ahora? Sin casa, sin ahorros, sin sueños y sin vida.
Las lágrimas brotan de nuevo de mis ojos y el dolor vuelve a lacerar mi alma. Este dolor no cesa nunca y ya no lo soporto más. Ya no sé que hacer para pararlo. ¿Cuánto tiempo puede mi cuerpo soportar esto? Sofía me dijo que el cuerpo es sabio y en unos días irá remitiendo, que no me moriré aunque sea eso lo que siento; y yo quiero creerla porque ella ha pasado por esto. Deseo con las fuerzas que me quedan que sea así, porque no podré aguantar mucho más.  No creo que nadie sea capaz de soportar tanto dolor de manera prolongada.
¿Por qué la vida me hace esto? ¿Por qué a mí? ¿ Por qué yo no puedo tener mi cuento y ser feliz? ¿Por qué el amor huye de mí? ¿Qué hay de malo en mí? Yo, que lo he abandonado todo por una sola persona, para amarla más que a mi propia vida. Yo, que me he transformado en todo lo que él ha querido de mí hasta el punto de ser la persona que él quería que fuera. ¿Qué más me faltó? Le di tanto que ahora no me queda nada para mí.
Me levanto cansada de dar vueltas y me encierro en el baño. En el espejo, una chica desconocida me mira tras unos ojos inertes y enrojecidos, y el rostro marcado por unas oscuras ojeras. Su  mirada está tan triste y vacía que asusta. ¿Esa soy yo? ¿Qué me ha pasado? Los ojos sin vida de la joven del espejo comienzan a llorar de nuevo.
Me vuelvo al sofá. Siento que me ahogo y no puedo hacer nada para evitarlo. Sólo quiero correr lejos y gritar. Gritar hasta desgarrarme la garganta. En lugar de eso, me abrazo fuerte y vuelvo a llorar.

Diario de una ruptura Donde viven las historias. Descúbrelo ahora