De camino a casa, después de un largo día de clases, mi hermana me habla mientras yo la ignoro por estar observando a Dylan, un rubio que me tiene embobada con sus ojos marrón chocolate y su sonrisa adorable, aunque eso es lo único que tiene de adorable, pues en realidad es un pesado muy insoportable.
Se agacha y coge una pequeña piedra del suelo, luego, la tira en nuestra dirección y me golpea en el hombro. No me ha hecho daño, pero tengo que morderme la lengua para no insultarlo. Mi hermana, sin embargo, se vuelve loca gritando que es un niñato y alguna que otra grosería más. Lina es así, una chica muy temperamental incapaz de mantenerse callada ante una injusticia.
Agarro el brazo de mi hermana y la obligo a aligerar el paso, dejando atrás al rubio.
Cuando llegamos a casa, Lina me reprocha por quedarme callada.
—Solo estaba buscando nuestra atención, lo mejor en estos casos es ignorarlo.
—¡Qué te ha tirado una piedra!
—Era muy pequeña, no me ha dolido.
—Tú eres tonta. —Empieza a subir las escaleras.
Subo tras ella y entro en mi habitación. Suelto la mochila en la cama y saco mi teléfono del bolsillo, lo desbloqueo y me encuentro con un mensaje de Bianca.
Bianca [15:11]: Amy, nos han cogido. ¡¡Estamos dentro del equipo de voleibol femenino!!
No me lo puedo creer. Es el tercer año que me presento a las pruebas —junto a Bianca y Ana—. Las dos veces anteriores no tuve suerte —mis amigas tampoco—, o tal vez no estaba preparada.
Amy [15:16]: Júrame que no estás mintiendo.
Me manda una foto del tablón y casi me da un infarto cuando leo nuestros nombres: Ana Alcázar, Amy Gutiérrez y Bianca Rodríguez. ¡Estamos las tres dentro!
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Mi pequeña obsesión. (LV2) [COMPLETA EN AMAZON]
Short StoryAmy no suele tener las ideas claras, es indecisa e insegura, pero hay algo que siempre ha tenido muy claro, y es que quiere jugar al voleibol. Este año después de varios intentos fallidos ha conseguido entrar en el equipo de voleibol femenino de su...