Capitulo 4

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Las palabras de Cesar hicieron eco en los sentidos de Victoria como una sentencia o ultimátum que viene a la luz como quien anda por la madrugada buscando amanecer en un alma imprevista de seguridad en sus decisiones. 


Victoria: No se que decir... ni a donde quieres llegar con esa pregunta, de verdad crees que es tan fácil conseguir la felicidad plena con tan solo desearlo? 

César: No sé, yo solo sé que existen dos maneras de alcanzar la felicidad. Una, hacerse el idiota, otra, serlo. (la mira pícaro) y tú me tienes idiotizado, mujer!! (le da un beso fugaz en los labios) 

Victoria: (Ella no puede impedir sonreir) Muy gracioso!!! IDIOTA (rie con el, pero de pronto poniéndose seria) Yo quisiera tanto tener la facultad de arreglar nuestra situación sin dañar a terceros ni de terminar tu y yo tan desgastados que terminemos odiandonos al final del camino. 

César: Odiarte... lo que se dice odiarte al punto de no querer volver a verte ni saber de ti es algo de lo que tengo absoluta conciencia jamás voy a lograr. El amor que conocí contigo es el mayor y mas profundo de mi vida. Por eso me duele que no podamos gritarlo a los cuatro vientos porque siento que es tan bonito lo que sentimos que no merece vivir entre las sombras.. pero yo se... todo conspira en contra. 

Victoria: Es todo tan complicado. Nos conocimos tarde, nos gustamos tan pronto nos vimos, nos enrredamos mas temprano de lo que planeamos, nos amamos más tiempo del que pensamos y nos involucramos mas profundamente de lo que esperamos. Hay tanto amor como personas involucradas y son tan importantes nuestros sentimientos como los son los de ellos. Y estoy hablando de nuestros hijos no solo de tu esposa ni del

mío.

César: ¿Por que todo tiene que ser tan condenadamente difícil? (algo molesto) ¿Por que tuviste que casarte si ya sentias todo eso por mi en ese entonces? ¿Por que dejaste todo de lado para emprender una vida con el? Una familia a su lado? 

Victoria: (Igualmente molesta ya) Por la misma razón que tu no diste el paso ni dejaste a tu esposa, ni destruiste tu matrimonio ni a tu familia. Por MIEDO. Reconocelo César, en aquel entonces todo era muy incierto, sentiamos muchas cosas pero era mas atracción física que amor en verdad y la atracción puede ser tan pasajera como una estrella fugaz. Si ambos en aquel entonces hubiésemos sido dos personas sin compromiso nos habríamos, tal vez, atrevido a vivir aquello a conciencia hasta ver a donde nos llevaba, sabiendo que al final del camino si no funcionábamos, los únicos dañados seriamos nosotros mismos. Pero yo tenia miedo de que al dejarme llevar por mis instintos perdiera la seguridad de un futuro apacible y confiable junto a Omar, eso era algo a lo que no me sentia preparada a renunciar, no queria arrepentirme de negarle a mi hijo la posibilidad de crecer en un entorno familiar, ni de crecer bajo la proteccion y la guia de una figura paterna ya que Eugenio parecía no querer asumirla a cabalidad. Y sobre todo no estaba segura de querer cambiar la estabilidad al lado de Omar por un romance apasionante e intenso junto a ti pero al fin y al cabo pasajero, pq si algo me habia enseñado la vida y mis experiencias, es que ustedes los hombres rara vez dejan a las esposas por las amantes y no queria llegar a pensar que pasaria si al final del camino no te decidias por mi y yo me iba a quedar con las manos vacias y un hogar no formado. Perdon pero en ese entonces solo me ofrecias la ilusion de un castillo de naipes, justamente todo lo contrario a lo que yo buscaba en aquel entonces. (Se levanta en busca de un cigarrillo) 

César: ( Por su parte solo la observa fumar) Se que en el fondo de todo tienes razón, pero duele saber que todo pudo haber sido diferente... (Su mente vaga un momento hasta el pasado y sonrie mientras muy despacio se acerca y la abraza mientras ambos miran al infinito). Recuerdas como todo comenzó? Lo nerviosos que estabamos? (rie)  

Amor InvisibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora