omega fastidioso. » kookjin

﹙💐﹚uno.

Me desperté con los mejores ánimos del mundo, era otro día de escuela y podría ver a Jungkook nuevamente.─Mi querido alfa, debe de estar súper, duper emocionado de volver a verme. ─ comencé canturrendo risueño.

Me levanté dejando mis pies al aire, pero de inmediato los cubrí con unas pantuflas, donde al frente tenían un diseño de perrito color rosado, y fui hacia la planta baja. Era temprano, mis madres e hermano de seguro seguían durmiendo, las encargadas en esta casa de seguro también.

Al bajar las escaleras pude ver a algunos encargados. El encargado de cuidar el jardín, algunas de las muchas encargadas de limpiar arreglando los útiles que necesitarán para limpiar y a algunos más encargados que se encargaban de limpiar los autos.

Fui directo a la cocina y comencé a sacar todo lo necesario para cocinar. Sartén, espátulas, cucharas, cuchillos, cacerolas, moldes y más. También comencé a buscar ingredientes, por la gran nevera de dos puertas que teníamos ahí, y comencé a cocinar una rica comida para mi alfa.

Al terminar puse todo en un taper color rosa con diseño de conejitos y flores, lo entre el una funda pequeña de color verde con líneas rectas blancas y pequeños corazones con el mismo color que las líneas.

Le había preparado arroz con verduras, brochetas de cerdo y en el otro recipiente que traía el taper abajo eché galletas con diferentes formas y sabores. Delicioso. Cerré la funda con un lazo color rojo y la deje en la encimera.

Subí de nuevo las escaleras y fui hacia mi habitación. Al entrar fui directo hacia Kookie, y le eché un poco de comida y le hice un cariñito.

─Me iré a bañar Kookie.─Le dije a mi petauro del azúcar que tenía, el cual estaba en una jaula moderadamente grande, con todas sus necesidades y algunos juguetes. Era súper tierno, esa naricita como un botón, esa colita, esos grandes ojos negros con una mancha marrón en su ojo izquierdo y los tiernos sonidos que hacia con su boquita. ─Jungkook debe de sentirse especial, le puse su diminutivo a mi dulce y adorado petauro.─ continué, caminando hacia el cuarto de baño.

Abrí la puerta y al instante fui a verme al espejo, mi cara estaba limpia y bien cuidada, al igual que mis preciados dientes y cuerpo. No me gustaba la suciedad, gracias a ello mantenía a las encargadas de limpieza limpiando cada día, sin excepción mi habitación y cuarto de baño, como toda la casa, patio delantero, patio trasero, auto, y más.

Como ya estaba desvestido me entre a la ducha y comencé a bañarme con agua fría. Agarre un jabón, lo restregre por todo el cuerpo, limpiando también mis zonas íntimas. Lave el jabón, porque si, después de lavar mi cuerpo el jabón quedaba sucio, así que lo lavaba. Agarre el shampoo con olor a chocolate, y me lave el cabello con el.

Después de terminar de lavarme el cabello, salí del cuarto de baño, con una bata de toalla color rosado alrededor de todo mi cuerpo amarrando sus hilos en mi estrecha cintura.─¿Que me pondré hoy para impresionar a mi dulce alfa?─Dije para mi mismo con una sonrisa. Me encamine hacia mi enorme armario, lo abrí y comencé a rebuscar entre toda la ropa que tenía.

Después de rebuscar por un tiempo, finalmente me decidí por unos pantalones jeans ajustados color azul cielo, y un suéter de lana rosado. Me puse un poco de brillo labial en mis regordetes y rosados labios. Y fui hacía el escritorio que tenía en mi habitación para recoger mi mochila ya ordenada desde la noche anterior. ─¡Adiós Kookie!─ Me despedí de mi petauro. Baje hacia la primera planta y vi como las encargadas acomodaban la mesa para el desayuno.

─Jinnie, preparé tu desayuno favorito, siéntate y disfrútalo.─ dijo Nicole, una señora beta, la cuál era una de mis  amigas, siempre me mimaba.