· 00 ·

199 20 0
                                    

Las mañanas de Eiji no eran mejores desde que regresó a Japón, pensaba que Ash vendría con él lo más pronto posible, pasaron dos semanas, el boleto de avión ya no tenía validez pero puede que algo haya pasado

Sí, eso debe ser.

Se dijo por los siguientes tres días. Ibe-san le decía que pronto aparecería, que no se preocupara que él mantenía contacto con los demás en Estados Unidos, nadie sabía nada de Ash. ¡El no desaparece porque quiere!

Cuando venga, me voy a enojar mucho con él.

Pensaba en que le haría comer muchos vegetales cuando regresara, sería su castigo. Sonrió para sí mismo cuando la voz del rubio resonó en su cabeza, extrañaba hablar con él pero realmente casi no lo hacía, casi no lo hizo. Eran pláticas cortas de gran importancia y momentos que compartieron que los hicieron sentirse tan cercanos.

Este servirá...

Había pasado un mes con tres semanas desde que volvió a su hogar, ahora estaba en una librería pidiendo libros que le servirían a su próximo huésped para aprender japonés, no andaría con él todo el tiempo para ayudarlo con el idioma aunque no le disgustaba para nada la idea, pero Ash siempre querría algo de tiempo a solas, más ahora que estaba fuera de peligro.

...

Han pasado dos meses desde que Eiji regresó a Japón y aún no sabía nada de Ash, pero una mañana recibió noticias, la cara de Ibe-san no le hacía sentir seguro, ¿Todo estaba bien, no es así? Ya nadie podía herir a Ash, ¿Cierto?

— Ash..

[…]

BeforeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora