《♡Basado En Un Amor Imposible♡》Choi Yeonjun

Capítulo 5

"¿Yeonjun?... que haces... -antes de terminar la oración, el chico puso sus labios sobre los míos, haciendo que mis ojos se abrieran debido a la sorpresa-

Me encontraba a punto de subir al taxi que me llevaría hasta el lugar en el que Sun Ho había organizado nuestra cita, mismo que venía detrás de mi, ya que había ido a buscar su chaqueta  

El chico se separó de mi, entonces pude ver su rostro tan lleno de desesperación

-No puedes ir a esa cita- dijo mientras recuperaba la respiración, cosa que me hizo suponer que había corrido hasta aquí-

-¿Qué estás diciendo? ¿Por qué no puedo ir?- dije soltandome de su agarre- toda tu indiferencia respecto a Sun Ho y yo... fue tan frustrante y ahora vienes y... ¿Qué haces aquí ahora mismo?

-Por favor, no vayas a esa cita- esas palabras se escucharon tal cual como si estuviera rogando

-Yeonjun tú...-

-¡Me gustas Seon Min!-"
  
Suspiré lentamente mientras veía la parte de la historia que acababa de publicar y me preguntaba ¿Por qué Yeonjun no podía ser así?
El Yeonjun de mi historia estaba tan locamente enamorado de mí, pero el de la vida real era tan... tan, yo que se.
Con decir que ayer después de que salimos de comer me dió su dirección para que pudiera ir a su casa a darle tutorías de matemáticas y dijo:

"Nos vemos mañana a las 6:30 pm, mis compañeros estarán ahí, espero que no te moleste... puede incluso que alguno sea tu tipo"

Estaba felíz porque en la vida me habría imaginado ir al departamento de TXT, pero es que Yeonjun simplemente... me volvía loca, confirmando cada dos segundos que soy su gran "amiga" 

-¿Estás aquí aun?- dijo Sung Ho entrando al aula -¿No has terminado tus ejercicios?

Rápidamente cerré la historia de Yeonjun y entré a la página en donde había hecho al rededor de cuarenta ejercicios matemáticos.
Todos en el club se habían ido ya, solo quedabamos nosotros

-Ya están, solo me entretuve viendo algo- comenté sonriendo

-Ya veo-

Ésta tarde Sung Ho se había sorprendido, ya que tomé la decisión de seguir viniendo al club, tampoco es que tuviera algo mejor que hacer. Además aquí me necesitan.

Comencé a guardar mis cosas para irme y entonces vi que Sung Ho tomó asiento y se dispuso a resolver algunos problemas.
Lo miré unos segundos, se veía confundido y decidí ofrecerle un poco de ayuda

-Si quieres puedo ayudarte con eso- dije tomando asiento a su lado

-No te preocupes por eso, estaré bien- dijo con su clásica sonrisa

Puede ser que tuviera razón y en verdad pudiera solo, pero desde que lo ví esta mañana, parecía tan cansado, quedándose dormido todas las clases y con unas ojeras terribles. Mi conciencia me decía que lo ayudara para que pudiera ir a casa

-Sólo déjame hacerlo- me acomodé en la silla y tomé las hojas de ejercicios

Y así comenzamos a pelear contra los teoremas de Pitágoras y todas esas cosas. Él me preguntaba sus dudas y yo le explicaba.

Pasó al rededor de una hora en la que intentábamos  comprender los problemas y luego resolverlos, pero entonces dejé de escuchar su voz y al mirar hacia él, me encontré con un Sung Ho que dormía en la dureza del escritorio.