En el tiempo actual 1,220
Una respiración agitada se hacía escuchar entre el paredón de la pequeña choza entretanto, una canción de cuna era entonada con dulzura y suavidad por una voz gruesa.
Taehyung acariciaba con afabilidad la cabellera oscura de su progenitora, quien se mantenía jadeante y temblorosa debido a su alta fiebre.
En el transcurso de sus 17 primaveras el galeno de Stigma diagnostico que su progenitora padecía de fiebre amarilla, a partir de ese momento ha estado velando y cuidando de ella. Sin embargo, el galeno le había notificado que su madre no sobreviviría el tiempo debido ya que, no existía una cura para esta enfermedad y el tratamiento requerido se encontraba escaso en stigma debido a las fuertes sequias que residían en la monarca.
Al ver el rostro jovial del muchacho meditabundo el galeno había suspirado con pesar, explicó que existían unas plantas antisépticas y expectorante que podría controlar la alta temperatura de la fiebre, sin embargo, esas infusiones ya no residían en el pueblo de Stigma por lo sucedido en los últimos años, no obstante, explicó que existía una población que poseía todo tipo de infusiones y según las malas lenguas ahí residía el ser natural que abandono stigma tiempo atrás y esa aldea portaba el nombre de Mikrokosmo.
Al observar la mirada ilusionada del muchacho el galeno suspiro con pesar, y acomodo una de sus manos sobre su pequeño hombro negando ante las posibles ideas que surcaban en el muchacho.
— Según los murmullos que se escuchan en la monarca, para acceder al lugar hay que atravesar una exorbitante muralla de raíces, y se dice que, cualquier ser terrenal que intentara acercarse y atravesar el lugar seria atacado por animales feroces e incluso la misma naturaleza les impediría el paso, las malas lenguas murmuran que aquel que se atreviese a pisar el lugar jamás retornaba. — Explicó con espanto. — Sin embargo, aquello solo era un rumor. — Comentó despreocupadamente.
La curiosidad y euforia surco en el corazón de Taehyung, aquel ser que una vez habito en su pueblo con tal poder solo era un mito, un rumor que se fue apaciguando según pasaba el tiempo, una fábula de horror que nos contaban cuando éramos unos críos para mejorar nuestra conducta.
El anhelaba poder apreciar una hermosa primavera, pero el egoísmo que habitaba en la tierra le quito la felicidad de poder apreciar el brote y dulce aroma de una flor, la tristeza era notoria en su rostro cuando observaba las secas ramas de los árboles tanto que su madre un día decidió tomar sus pequeñas manos e hincarse a su lado, sonriendo con amor y dulzura.
"— Tae cariño, entiendo tu tristeza y entiendo que tus días no estén llenos de primavera. Pero recuerda, nuestro Dios creo el invierno, así como también creo el otoño, para que de esa manera comprendiéramos el verdadero valor de la primavera. - murmuro acariciando sus pequeñas manos. - No te sientas apenado y sonríe, aun tienes muchos años por delante y se, que algún día podrás contemplar el dulce brote de una flor y la dulce ambrosia de las frutas. — El pequeño sonrío y asintió con dulzura, causando que su madre lo arrullara en un fuerte abrazo."
Tal parece que su progenitora no se había equivocado, su esperanza volvió a florecer al igual que el dulce recuerdo de su madre.
El balbuceo de su madre enferma le saco de sus pensamientos, cada segundo que transcurría su progenitora recaía más, causando que su preocupación aumentara. Intentó buscar un método para evitar que la fiebre se elevara y empeorara, pero, no poseía agua o infusiones que le ayudara a controlar su condición.
— Madre — murmuro inquieto — por favor, tienes que resistir. — Su voz tembló, buscando la manera de poder ayudarla, pero, sin encontrar solución alguna.
La única idea que surcaba en su mente era ir al lugar prohibido, aquel que poseía agua e infusiones.
El dulce ámbar de sus ojos se llenó de lágrimas, determinado tomo una túnica color café y se la acomodo, observo a su madre con tristeza, deposito un pequeño beso sobre su ardiente rostro y acaricio con dulzura la humedad de su cabellera.
— Todo estará bien madre, volveré antes de que la alboreada llegue con su luz brillante. - Prometió.
La media noche se izó ante él, los centinelas avizoraban los alrededores para que así, nadie saliese de su choza, solo el galeno y las parteras tenían autorización de su monarca para andar por los alrededores hasta altas horas de la noche, los demás no tenían permitido salir de sus chozas, sin embargo, a Taehyung no se le dificultaba andar por los alrededores, desde que era un crio siempre fue muy curioso, por lo que, conocía cada rincón de stigma.
La luna brillaba en su punto más alto, la corriente fría de viento azoto su rostro tan pronto coloco un pie fuera de su choza. Camino con cuidado por el sendero que guiaba hacia lo que era el bosque de stigma, pero solo quedo el recuerdo de lo que un día este fue.
Al llegar al lugar observo lo marchito que se encontraba, las ramas secas se podrían apreciar por el basto y agrietado terreno, observando los árboles agostados.
Se adentro más a la frondosidad del bosque, siendo alumbrado por la suavidad de la luna. Llego hasta el rio seco, el camino empedrado se vislumbraba antes la nitidez de sus ojos, logrando cruzarlo sin problema alguno.
Deambulo por aproximadamente una hora, sintiendo sus belfos secos debido a la sed que tenía, sus pies dolían aclamando por un pequeño descanso, pero, la preocupación lo mantenía firme y continuo por el extenso sendero.
Hasta que pudo distinguir la exorbitante muralla de raíces, aquello que decían ser un rumor de las malas lenguas se izaba ante él. Su corazón golpeaba con premura, mientras su cuerpo temblaba lleno de emoción, nerviosismo y asombro, todos los sentimientos comenzaban a apoderarse de su cuerpo.
Acercándose al lugar pudo apreciar lo extenso y amplio que era, su estómago sintió desfallecer ante el nerviosismo y el miedo que le azoto y cada paso dado se sentía eterno.
El golpeteo en su corazón se intensificó al llegar hasta el colosal lugar, buscando de un lado a otro con su mirada un lugar por donde su pequeño cuerpo pueda entrar. Una diminuta sonrisa surco en sus belfos al dar con su cometido y sin más, intento adentrarse por el pequeño hueco que se deja ver entre las grandes raíces.
Sus jadeos eran lo único audible entre el aterrador silencio, el sudor goteaba de su cuerpo debido al esfuerzo que estaba realizando y cuando creyó que por fin podría lograr adentrarse, una rama envolvió su cintura y lo elevo, haciendo que sus pies se desprendieran de la superficie.
Un estruendoso grito se produjo ante la sorpresa, y lágrimas bañaron el rostro jovial del pequeño muchacho.
— ¿Quién eres? — otro grito de sorpresa se alzó entre el silencio, así como el latir de su corazón tras escuchar una voz profunda y varonil. — ¿que hace una escoria de stigma en este emplazamiento? — el cuerpo del muchacho se quedó paralizado ante tal sorpresa, sintió el miedo florecer y como su cuerpo tembló ante la brusquedad de sus palabras. La frialdad de su mirada le hacía entender que no era bienvenido a este lugar.
El capítulo está corregido, espero que les haya gustado. ❤️
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E C Ó F I L O (YOONTAE) CORRIGIENDO
FanfictionEste libro está siendo corregido desde sus inicios por lo tanto, les recomiendo leer cada capítulo que publicaré repetidamente. Todos los derechos son reservados, Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. No aceptos copias ni adapta...