III

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─No entiendo que cojones pasa en tu casa.─ comentó el chico pelirrojo ya dentro del hogar, observando la lluvia caer, desde el sofá.─ ¿Es siquiera normal?

─No tengo la menor idea pero no soy realmente fanático de agua inundando mi entrada.─ su compañero tomo una calada de cigarro, dándole la razón.─ detesto que fumes dentro de mi casa.

─Bueno, no es como si pudiera hacerlo afuera.─ sarcástico, colocó la colilla en la mesa.─ bien, pues resolvamos está mierda, vamos con Samuel.─ ambos se levantaron de su lugar, la lluvia estaba mucho más calmada que cuando Lolito llegó.─ no quiero ser pesado... pero tenemos que hablar de Luzu.─ un rayo se escuchó en las afueras, haciendo que ambos se apresuraran antes de que empezara un chubasco.

Entraron en el auto de Lolo, callados.

Era consciente de que su amigo le estaba dando su espacio para hablar pero no tenía nada que decir, Luzu era un tema pasado, se había casado y punto, había perdido su oportunidad y ya está, a seguir con su asquerosa vida.

No quería exponer más sus errores, no quería que le reprochara su cobardía, bien sabía que si no hubiera sido un completo imbécil ahora mismo el estaría disfrutando de un día al lado del castaño que lo hacía suspirar, a lo lejos, más rayos se escucharon.

─Es realmente un problema la lluvia, no sabemos cuando va a parar, incluso tendrías que mudarte.─ intento hacer platica mientras entraban en los alrededores del pueblo.─ ¿Cuándo comenzó?

─Prácticamente no tiene mucho, antes de salir ese día no estaba y cuando desperté en mi cocina borracho, caía agua como si yo fuera Noé.─ desanimado, se recargo en la ventana, mirando la entrada a la casa de Sam.

─Vale, esperemos que él sepa algo.─ dio por terminada la incómoda conversación, agradeció internamente por eso.

El gran portón de la casa se alzaba ante ellos, enorme y obscuro.

Tocaron el interlocutor, esperando una respuesta.

─Buenas ¿Quién?.─ reconocieron la voz al instante, no era Samu, Raúl sintió los vellos de su brazo erizarse.

─Soy Lolo y traigo al cobarde.─ comentó su amigo, le dirigió una mala mirada antes de que volviera a hablar.─ es broma, vengo con Auron, abre Rubén.

Después de unos segundos la gran entrada les daba la bienvenida, una mansión blanca con toques de madera estratégicos estaba ante ellos, siempre le había parecido bonita la casa de Vegetta pero era demasiado para él.

Aparcaron en un pequeño estacionamiento que estaba algo lejos de la entrada, desde la puerta ya los esperaba un feliz peliblanco vestido sólo con una larga playera y esperaba por los Dioses, si no, Sam los mataba, ropa interior.

─Bienvenidos a mi humilde mansión, son libres de entrar no sin antes hacer sus respectivas inclinaciones en señal de respeto.─ inmediatamente una carcajada ahogada lleno el lugar, haciendo que lo vieran con aún más extrañeza.─ De Luque ya viene, esperen en la sala.

Entraron saludando al de ojos verdes, Rub le dirigió una mirada intensa, tal vez intentando leer sus pensamientos, desvió los ojos, ignorando.

Después de unos minutos Samuel bajo sus largas escaleras y se dirigió directamente a donde estaban.

─¿En qué les puedo ayudar?.─ Samuel era consiente de la situación de Luzu, de hecho, le extrañaría que alguien aparte del castaño no lo supiera.

Le contaron lo poco que sabían hasta ahora, prácticamente nada, dejado que el cerebro de su amigo comenzará a crear respuestas, le extrañaba que el pelinegro no luciera sorprendido.

Tempesta D'amore                                               ๛Luzuplay•.°✦ •.°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora