XII

443 77 13
                                    

Apreciando tan de cerca esos ojos que le perseguían hasta en sus sueños, los ojos de la persona que lo había hecho crecer y estremecerse como nunca antes, una hermosa mirada que le transmitía de todo.

Sabía que estaba siendo egoísta y se preguntó a si mismo hasta que punto tendría permitido serlo, donde estaba el límite en lo que él anhelaba y la libertad de su amado.

Mientras colocaba sus manos temblorosas y mojadas en el rostro de su niño, de su Luzu, se preguntó si decirle lo que se negaba incluso a si mismo de aceptar sería demasiado cruel y frívolo, si los sentimientos que llevaba todos estos días ocultando serían lo suficientemente honestos para llegar al corazón del castaño que lo veía con ojos acuosos.

No podía seguirse negando, estaba más claro que la pureza de las gotas que seguían mojandolos.

Auron estaba irremediablemente enamorado de Luzu.

Sabía que el corazón de su amigo se encontraba confundido y desesperado por respuestas, ¿por qué? había dicho.
Luzu quería la verdad y si las palabras que estaba a punto de pronunciar le daban la calma que tanto estaba esperando, si con sus humildes sentimientos hacía sonreír su causa una vez más al castaño, si a esto se referían todos cuando le decían que fuera valiente, incluso si era lo que la bruja le dijo entre líneas que hiciera, no tenía mucho más que arriesgar, lo había perdido todo cuando Luzu se alejó.

─Te amo, estoy perdidamente enamorado de ti.─ pudo ver como la sorpresa llenaba los ojos ante él, tenía miedo de que fuera la última vez que los viera tan de cerca.─ Me salvaste cuando me sentía perdido, le diste un brillo especial a mis días desde el primer segundo y no puedo alejarme de ti aunque sea por tu bien, no puedo decir que es amor, no sé si el amor es tan egoísta... quise alejarme y dejarte ser feliz con Lana, tal y como tú querías pero no puedo seguir conteniendome, todo mundo sabe que me encanta tu risa escandalosa, que caí desde el primer regaño con cariño que me diste, que me siento tan feliz cuando gritas mi nombre desde lejos y corres a mis brazos, todo mundo lo sabía... menos tú, mi niño.─ alejó una de sus manos del rostro del castaño, tomando una de las contrarias y entrelazando sus dedos, colocando ambas palmas a la altura de su corazón, apoyadas en su pecho.─ nunca me arrepentire de haberte dedicado cada día que pase enamorado en silencio a tu lado.

Con un último susurro terminó de decir la verdad que se calló por tanto tiempo, apartando finalmente la mirada.
Le sorprendió el suave tacto de la mano libre del castaño quien la posó sobre su rostro, imitando sus acciones.

Si no se estuvieran sosteniendo los rostros probablemente no hubieran notado que lágrimas volvían a salir de ambos, mezclándose con las gotas de lluvia, camufladas.

─¿Quién te dijo que es lo que realmente quiero?.─ cuestionó el contrario, haciendo que no pudiera resistirse más y lo rodeara completamente con los brazos, colocando su cabeza en el cuello del contrario, escondiéndose de su verdad y volviendo a oler el aroma a casa.

Antes de que pudiera contestar o procesar lo que ocurría, sintió como el cuerpo de Luzu se volvía pesado entre sus brazos.

El repentino peso extra lo extraño, tomando con más fuerza a Luzu y recostandolo en su cuerpo, entró lo más que pudo a casa y pudo ver como el castaño tenía los ojos cerrados y su respiración se volvía lenta, asustandolo.

Con una capacidad que él mismo desconocía tomó a su amado entre brazos a manera de boda, sosteniendo las piernas por debajo de las rodillas con un brazo y colocando el otro en su espalda, recargando la cabeza en su pecho.
Lo colocó lo mejor que pudo y con la rapidez que sus movimientos le permitieron al contrario en la parte trasera del coche, acostado.
Antes de arrancar el coche marcó con rapidez el celular.

─¡Auron! ¿qué tal con─

─Necesito ayuda, Borja se desmayó.─ comentó con desesperación, no se había dado cuenta de que estaba manejando demasiado rápido, mucho más de lo permitido, tenía que confiar en sus capacidades y reflejos.

─¿Qué dices?.─ preguntó Lolito al otro lado de la línea, preocupado, pudo escuchar como se levantaba de algún sitio.

─Como lo oyes, voy rumbo al pueblo.─ piso el acelerador, se alegraba que no hubiera más de un par de carros.

─Vale, llevalo a la clínica.─ comentó rápidamente el contrario.─ voy para allá.

─¡No! Lolo, manda a buscar a la bruja... y a Lana, dividete con los chicos y por favor, ve tú a por Cirse.─ colgó la llamada y metió el móvil en la bolsa de sudadera, aprovechó para dirigirle una rápida mirada al chico inconsciente, volvió la vista a la carretera.

Si le hubieran preguntando a Raúl cual había sido el momento con más estrés en su cuerpo y preocupación sin duda respondería que éste.

No tenía la menor idea de si lo que estaba ocurriendo se relacionaba con la maldición ó fue un cúmulo de emociones lo que llevo a su chico a desmayarse pero cuando llegó al lugar donde los ayudarían no pudo pensar en nada razonable, sólo quería ver la sonrisa de Luzu.

Después de un par de chequeos al inconsciente chico y hacerle algunas preguntas los doctores le dijeron que estaba bien, no había nada médicamente fuera de lo normal con el chico excepto, el hecho de que no pudieron despertarlo cuando lo intentaron inducir a esto, le recomendó que esperarán mientras hacían otras pruebas.

Les habían instalado en una pequeña habitación, Luzu permanecía acostado en la cama, respirando con normalidad pero sin abrir los ojos.

El teléfono en su bolsillo sonó.

─Auron, ¿cómo está Luzu?.─ preguntó rápidamente Willy al otro lado de la línea.─ no me habías dicho nada de lo que estaba pasando, tú, sucia rata.

Y tenía razón, no había querido involucrar a más gente, mucho menos a todos sus amigos pero al parecer le había sentado mal al albino al otro lado de la línea.

─Lo siento Willy, no quería meterte en problemas y... la mayoría ya se encontraba involucrado sin que yo me diera cuenta.─ excusó mientras se alejaba un poco de la cama.

─Seguro, estamos en donde lo de Luzu, tengo aquí a Fargan y Rubén, los demás fueron a buscar a la bruja.─ mencionó con una voz rara.─ tenemos un problema Raúl.─ se dio la vuelta hacía la pared, mirando un cuadro colgado en ella, preocupándose.

─¿Qué pasó?.─ la pintura era demasiado rara para estar colgada en un hospital, varios cuerpos estaban alrededor de un árbol, boca abajo, sintió escalofríos.

─Lana no está.─ antes de que pudiera responder algo, en el reflejo del vidrio que cubría la horrorosa imagen, una sombra negra llamó su atención.

Quitó el móvil de su oreja y con rapidez se dio la vuelta, la vió.

Un trueno retumbó a las afueras.

─Cirse...─ lo último que escuchó de Willy antes de que la llamada se cortara fue su voz clamando su nombre.

✦ ˚  ·   .

· •.

✺ * ⊹

·   . *

*  .

.      *

.  °·

.   · ✦

*       ·

* . •   ·

•. ✶

Se está poniendo inefable esto...

Tempesta D'amore                                               ๛Luzuplay•.°✦ •.°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora