Parte II: La Verdad

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El interior del bar era bastante acogedor, se encontraba divido en 2 secciones, el ala derecha era el área del bar, mientas que la izquierda estaba reservada para mesas más grandes donde se podía ordenar algo de comida, la barra se ubicaba en el centro del lugar en forma circular y rodeaba el área donde se servían los tragos. Todo en colores marrones y cafés madera, incluido los bancos individuales que se encontraban en su mayoría ocupados por personas tomando cervezas y conversando, mientras la música sonaba algo bajo de fondo.

Ricardo se acercó a la mesa donde se encontraban Carlos y Alexa conversando alegremente.

—¡Pensé que pasarías toda la noche parado afuera! —exclamó Carlos al ver llegar a Ricardo y tomar asiento a su derecha.

Ricardo rodó sus ojos con una mueca en su boca. Sentándose calladamente.

—Estas algo lejano —comentó Alexa mirando a Ricardo.

—Es solo que necesito una cerveza para entrar en calor.

Carlos sonrió.

—¡Ese es mi compañero!, ya regreso. —Carlos se levantó de la mesa y camino en dirección a la barra.

—¿Y cómo te sientes? —preguntó Ricardo a Alexa.

—Para ser sincera, nunca pensé que me invitaran a una salida de hombres —respondió la mujer con una poco de suspicacia.

Ricardo entendió lo que quiso decir su compañera y sonrió.

—Fui yo quien le dio la idea a Carlos de venir hoy, pero fue él quien tuvo la iniciativa de invitarte —respondió Ricardo.

—Lo he visto observándome —susurró Alexa.

Ricardo le dio una mirada cómplice de regreso a Alexa.

—He escuchado que está interesado en ti —devolvió Ricardo imitando el mismo tono de voz de Alexa—. No te enteraste por mí —añadió rápidamente soltando una leve sonrisa—. Allí viene de regreso —señaló, refiriéndose a Carlos quien regresaba con 3 cervezas en sus manos.

—¡Bueno! ¡Bueno! dejemos los lamentos para otro momento, hoy hemos venido para pasar un momento diferente. Sin el estrés de la oficina y el puto caso de los asesinatos en serie —dijo Carlos llegando a la mesa alegremente con las cervezas en sus manos, y ofreciéndole una a Alexa y otra a Ricardo.

Alexa tomó la cerveza y se carcajeo junto a Ricardo del cambio de humor de Carlos.

—Estas algo diferente esta noche, ¿Será la camisa que traes puesta? —comentó Alexa tomando un trago de su cerveza. Dándole una mirada cómplice a Ricardo.

Carlos tomó la indirecta y sonrió un poco. Sabía que algo había ocurrido entre Alexa y Ricardo cuando salió en búsqueda de las cervezas. Pero sin importa lo que hubieran conversado, les seguiría el juego.

Le dio un trago largo de su cerveza, casi vaciándola de una sola vez, regresando la botella de vidrio a la mesa con un leve golpe. Y le ofreció una mano a Alexa.

—¿Sería tan amable de complacerme con un baile, mi bella dama? —preguntó Carlos caballerosamente con una expresión de picardía.
Alexa lo vio por un par de segundos, antes de levantarse de su asiento y aceptar la invitación.

—Si nos disculpas unos minutos, necesito evaluar las habilidades de baile de este caballero —dijo Alexa a Ricardo, quien los veía y sonreía levemente.

—Te aseguro que son tan buenas como mis habilidades policiales —aseguró Carlos.

—Eso ya lo veremos —devolvió Alexa arrastrando a Carlos a la zona de baile.

El Silbón:Una Historia Para No DormirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora