-¿Ricardo, cómo fue que paso todo esto? -preguntó Estela limpiando las heridas de Carlos con sumo cuidado, ya que podía ver que aún estaban recientes y probablemente le dolería. Carlos, estaba recostado en su cama, inconsciente.
-Te lo explicaré, pero primero necesito asegurarme de que Carlos estará bien -respondió Ricardo preocupado.
Después de que Carlos perdiera el conocimiento, Ricardo sólo pudo llamar a su esposa para que lo ayudara a trasladar a su compañero a su pequeña habitación.
Estela llegó tan rápido como pudo, el miedo y nerviosismo en la llamada de su esposo era evidente y muy rara vez lo había visto en la situación en la que lo encontró.
Angustia, nervios y miedo era evidente. Ella, automáticamente también se preocupó al ver a Carlos, apenas consiente y quejándose, Ricardo lo sostenía a duras penas en una pequeña parada de autobús. Ambos lo llevaron en el auto, pero en vez de dirigirse al hospital, Ricardo había decidido llevarlo a su pequeña habitación, ya que, según él lo que tenía Carlos, no lo iban a poder curar médicos ni doctores.
Una vez que llegaron, lo llevaron cuidadosamente a su habitación, en un momento Carlos, recobró levemente la conciencia, pero Ricardo, le había dicho que se calmara y que necesitaba descansar, que ya estaba seguro. Estela sabía que había ocurrido algo y su esposo no le estaba diciendo toda la historia, pero se dispuso a limpiar las heridas en el pecho de Carlos, sin hacer muchas preguntas. Veía a Carlos, quejarse en los sueños como si estuviera teniendo pesadillas.
Luego de terminar de limpiar y asegurarse de que Carlos estaba en perfecto estado, ambos se retiraron de la habitación.
Ricardo se dirigió a la pequeña cocina y se dispuso a preparar algo de café. Estela lo seguía, pensativa, en su mente intentaba darles explicación a los misteriosos rasguños de Carlos, sólo esperaba que su esposo le explicara, cómo es que 2 excelentes detectives policiacos, habían terminado en esa situación.
-¿Amor? - preguntó Estela recordándole a Ricardo, que le debía una explicación por todo lo que estaba pasando.
Ricardo hizo una leve pausa en lo que estaba haciendo, respiró lentamente y encendió la cafetera, cuando el aparato empezó a preparar el café, se giró para ver a su esposa.
-Fue el silbón -soltó sin más.
Estela lo miró con sorpresa. El pequeño lugar se llenó de un silencio incómodo. Ambos se miraron por unos largos minutos.-Ricardo, sabes que como detective, no puedes andar diciendo que un espanto atacó a tu compañero -susurró Estela.
-Ahora entiendes, por qué no quise llevarlo al hospital, qué iba a decir en el informe ¿Qué fue asaltado? -Ricardo hizo una pausa-. Yo lo vi.
Estela se levantó de la silla y se acercó a su esposo. Tomándolo suavemente por la cintura. Y mirándolo con dulzura.
-Amor, ese espectro va acabar con tu cordura y la de todos en la estación. -Estela podía percibir la preocupación de su esposo.
-Lo sé, es sólo que no sé cuánto tiempo tendremos que soportar -respondió Ricardo preocupado.
-¿Cómo crees que se sentirá, Carlos, cuando despierte?, He escuchado que no es de creer en cuentos -preguntó Estela con precaución.
-No lo sé, seguramente tendrá muchas preguntas. Nadie en la estación desde su llegada ha querido decirle, que esto siempre ha ocurrido aquí y en muchos otros lugares, y que no hay nada que podamos hacer -explicó Ricardo.
-Lo sé. Nadie creería que un alma en pena, vaga en busca de una venganza que nunca logrará consumir -agregó Estela.
-Creo que al final de todo, nos quedamos sin opciones -respondió Ricardo completamente desanimado.
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El Silbón:Una Historia Para No Dormir
Cerita PendekEn un pequeño pueblo, unos extraños asesinatos están siendo cometidos por alguien que el departamento de investigación no logra identificar. Todos en el pueblo culpan a un espectro maldito, que asedia en las noches oscuras y lluviosas a las almas de...