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||Narra Vegetta;

Desperté con el ánimo mucho mejor, hoy iría a buscar a Doblas, me preparé el desayuno e hice ejercicio para siempre estar bien mamadísimo. Fuí a acomodar algunas cosas y revisé mis mensajes, después me acordé: El oso.

Bajé hasta la entrada, abrí la puerta y pisé ese hermoso césped muy bien cortado, olí el aroma de mi isla, perfecto. Busqué en mi inventario y no estaba, así que saqué una de las mochilas, cuando lo encontré le dí un vistazo, era un huevo como el que venden en la tienda. Uno común y corriente.

Entonces, lo tiré al suelo y de él salió un grandísimo oso pardo.

— ¡Menudo oso chaval! — Grité, el oso que había generado el huevo era muy grande, más que los otros osos, además, tenía algo extraño, era un oso raro. Pero, ¿Porqué me preocuparía yo por eso? Solo con ver el mod y listo.— No tiene mod... — Susurré asustado, el oso no tenía mod ¿Habrá sido un regalo de los Dioses? Espero que sí.

Me adentré a mi casa para despejarme un rato, ese oso me puso nerviosito, asi que me encaminé hacia la sala de los cofres, en dónde estaba mi esposa e hijo charlando, los saludé y vacíe mi inventario, fuah chaval, tendrían que poner los Dioses un mod de inventario infinito, en vez de darme un estúpido oso.

— Bebé ¿encontraste a tu amigo? — Me habló Akira mientras me abrazaba por la espalda, le deposité un beso en los labios y le hablé:

— Mmh, no cariño, no lo encontré, seguro el muy tontito me está haciendo una broma. ¡Ay! ¡Me estoy preocupando mucho! — Lo último lo grité enfadado y preocupado, Akira me abrazó y yo correspondí.

— Oh~ tranquilo mi amor, ya lo vas a encontrar~ seguro está por alguna parte, Nieves me dijo que muy lejos no se pudo haber ido, tú tranquilo ¿Sí? — Me abrazó más fuerte y después me besó con dulzura y me tranquilcé. Esa mujer es la mejor sin duda.

Me tuve que separar de Akira un momento, porque escuché alaridos y pensé que el tonto oso se había golpeado o que algo lo estaba matando, entonces fuí corriendo hacia él. (Ademas que mis chocobos podrían estar en peligro también).
Bajé y me encontré con el oso "llorando" por así decirlo, me recordó a Doblas y una sonrisa ladina se escapó de mis labios. Pero eso no duró mucho ya que el oso se abalanzó sobre mí, traté de safarme de su agarre pero parecía imposible, después me soltó y me trató de "hablar" o eso parecía.

— RAAaAAaAaaAR — Gruñía el oso, éste me miraba preocupado.

— ¿Con qué te has golpeado? — Susurré para mí mismo, el oso estaba muy mal. Pero no le encontré ninguna herida. — Tch, ¿entonces qué pasa chaval? — Susurré nuevamente.

— Mmh mmmh RaRw...— Estaba triste y asustado, parecía que algo le había ocurrido, me recordó a Doblas otra vez.
JAJAJA ¿PERO EN QUÉ ESTOY PENSANDO CHAVAL? QUE TONTERÍAS.

— Sigh... — Suspiré. — Todo estará bien osito. — Le dije para calmarlo y para calmarme. Le acaricié la cabeza suavemente. Él solo se quedó ahí.

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Me fuí de mi casa, el oso ya se había dormido, después de darse contra la pared, estaba considerando llamarlo Rubén en honor al tontito, pero mis pensamientos se borraron cuando llegué a destino, entonces, empecé a caminar e "investigar".
Caminé como por dos horas por todos los lugares en dónde Doblas iba, - o por dónde yo conocía que visitaba - busqué desde arriba hasta abajo, pero nada. Más tarde fuí hasta las casas y lugares donde iban mis compañeros, me adentré al portal, básicamente me recorrí toda Karmaland por él.

- Hola chavales ¿Encontraron a Doblas? - Escribí en mi móvil. No recibí respuestas positivas, tendré que seguir buscando, pero, ya se hizo de noche y estaba cansado la verdad. Llamé a Rubén un par de veces mas hasta gastar mi crédito, me encaminé hacia mi hogar y me dispuse a dormir. No pude, y a las tres me desperté, me dí un pequeño baño -ya que desperté sudando- y me fuí hacia mi escritorio. Akira me preguntaba que me pasaba y le decía que nada,  que solo estaba un poco estresado.

En mi escritorio me senté y empecé a escribir posibles teorías, era muy extraño que él no apareciera, tenía algunas teorías locas y sin sentido, a las cinco y media me empecé a rendir y pensé en rezarle  a los Dioses, entonces -como si fuese un milagro- el oso empezó a gruñir. ¿Que hago con mi vida?

Bajé a dónde estaba el oso y me reí cuando lo ví, de verdad estaba considerando llamarlo Rubén, es muy tontito este oso.

— ¡rAAaAaaArWrR! — Daba alaridos de dolor el oso, intentaba salir de la muralla sin tener éxito y las torretas le estaban disparando, saqué mi escopeta y le dí con ella, se empezó a tranquilizar y se durmió. Me quedé con él para despejarme, después subí a buscar una etiqueta y le puse 'Rubén' a ésta. Cuando bajé estaba despertando, me miró y le puse la etiqueta con cuidado de que no me muerda, en eso ví que "sonreía" y se sentó, me siguió mirando. Esto es raro, pensé.

Escuché venir de él un gran sonido de tripas, tenía hambre. Busqué en mi inventario comida y escuché un sonido provenir de él nuevamente, me estaba "hablando", parecía que me iba a decir: 'Vege ¿Me das comida?' Se me escapó una risita por pensar eso. Saqué unos pollos cocinados y se los dí, parecía feliz, al rato comenzó a tener sueño y al final se durmió otra vez.

Subí hacia mi habitación y me quedé pensando hasta que me dormí.

;;Osito de verdad;; Rubegetta;;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora