Carlos.

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Cuando Kendall entró a la clase de la señorita Lewis en el kinder, Logan corrió hacia él con las manos llenas de mermelada del sandwich que había desayunado camino al lugar.
Al principio el flacucho le sonrió con timidez, pero luego tomó confianza y le chocó los cinco.
Durante el resto del día estuvo conmigo y Logan; jugamos a los superhéroes en el patio y todos tuvimos nuestras dosis de lodo.
Logan y Kendall se hicieron amigos muy rápido. Estaban todo el tiempo juntos y jamás se separaban.
En todas las excursiones se tomaban la mano sin asco, e incluso se abrazaban a mitad de una caminata por puro gusto, lo que enternecía a los adultos del lugar.

En la primaria Kendall aumentó de peso. Todos lo llamaban "gordo" o "bola de grasa", pero solamente había subido tres kilos. En serio, nunca entendí por qué lo trataban así. En fin, Logan intentaba defenderlo, pero sólo conseguía golpes de parte de los bravucones.
Al final, quien los defendía a ambos era yo.

Cuando entramos a secundaria, llegó James Diamond a la escuela.
Sí, el bonito de la banda.
Él y yo nos hicimos amigos apenas dos horas después de saludarnos. Kendall y Logan seguían siendo mis amigos, y se llevaron muy bien con James.
Entonces ya habían empezado a molestar a Logan, y Kendall, James y yo molíamos a golpes a quienes osaban decirle una sola palabra hiriente. Una vez, uno de los más grandes (físicamente) del curso le pegó un puñetazo por el simple hecho de tener buenas notas. Le dejó el ojo negro.
Esta vez ni James ni yo intervinimos, sólo fue Kendall. Para lo delgado que era (lo sigue siendo, pero ese ya es otro tema), supo propinarle un buen puñetazo en el estómago al chico. Teníamos miedo de que terminara con la mano rota, pero de hecho derribó al grandote rápidamente.

A los dieciséis llevamos a James a hacer una audición con el famoso Gustavo Rocque.
Quién diría que eso nos convertiría en una banda conocida por millones.
De esto salieron los "bromances" (romances entre hermanos), que muchas fans se tomaron en serio.
Esto pasó con Kogan (ya es obvio, pero lo digo igual: Kendall y Logan). Pero lo gracioso es que no es una broma lo que ocurre entre ellos. Es real.
Desde pequeños se habían sentido atraídos el uno por el otro. Créanme, James y yo nos dimos cuenta en el primer photoshoot.
Mientras ambos se reían de que el fotógrafo parecía expulsar humo por... Su parte trasera, se miraron a los ojos. No con gracia, y tampoco de manera amistosa, sino con felicidad, con amor.
Yo capté ese momento con la cámara, que seguía encendida. Logan me miró con odio y salí corriendo.

Hasta ahora, aún siguen sin admitirlo. Pero sé que un día van a hacerlo.
Y tanto James como yo queremos estar ahí cuando ocurra.

@WooHooDM

Kogan según...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora