Capítulo 3

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~Lyla~

Después de que Noah partiera a su misión, la casa se sumió en un silencio sepulcral, así que decidí prepararme una taza de café y luego acercarme al batallón para encontrar algo en lo que pueda ser útil.

Sin embargo, mientras preparo mi café tal y como me gusta, sin querer derramo un poco de aquel liquido hirviente en mi mano, causándome una sensación de ardor bastante desesperante.

— ¡Demonios! ¡Eso duele!

Busco entonces una toalla y me seco lo más pronto posible, espero a que el dolor pase un momento y luego me sirvo una taza de café super cargado de cafeína para poder aguantar todo el día despierta, me alisto y me dirijo a donde dije anteriormente; al llegar me encuentro a un par de colegas hablando tranquilamente.

— Eh, ¿Acaso no hay nada que hacer por aquí? Parece que perdí la venida hacia acá

—¡Lyla! —Exclamaron ambas personas al escuchar mi voz.

—¿Cómo estás? ¿Ese muchacho Noah te ha causado muchos problemas últimamente? —Preguntó uno de ellos, un hombre no necesariamente robusto pero que se notaba que estaba en forma, de tez un tanto morena y ojos cafés, unos cuantos centímetros más alto que yo.

—No Frank, aunque si es cierto que puede llegar a ser un dolor de cabeza, estos últimos días ha estado más tranquilo, aunque no sé si sea buena señal o no.

—Es cierto, se acerca el aniversario de la desaparición de sus padres, ¿No? —Dijo la otra mujer presente además de mi persona, una muchacha rubia y bajita, con una figura bastante envidiable y unos ojos azules claro que hipnotizarían a cualquiera que se le quedara viendo directamente.

—Es verdad, como se ha comportado el chico, ¿Eh? —Agregó Frank.

—No le he visto tan decaído últimamente, antes parece estar cada día más animado, y hoy no fue excepción, ¿Sabíais que fue convocado por los altos mandos para la misión de hoy?

—¡No me digas! ¿Es enserio? —Dijo la joven de nuevo, abriendo los ojos con asombro; aunque parezca mucho más joven, no es más que 1 o 2 años menor que yo.

—¿Qué? ¿No oíste nada de otras fuentes, Tory? Creí que tenías amigos de altos rangos. —Admitió Frank un poco confundido.

—La verdad es que si, pero no mencionaron nada acerca de aquel tema la última vez que hablamos, aunque si lo sabían, quizá hayan preferido guardar silencio, porque de otra forma ustedes lo habrían sabido por mí antes que por el mismo Noah. —Dijo con un leve tono de orgullo en su voz,

—Sabemos que eres muy chismosa Tory, no tienes porqué repetírnoslo tanto —Dije con un tono de broma en mi voz, causando que ella fingiera una expresión de indignación mientras Frank soltara un par de carcajadas,

—¡Eso no es cierto! Y tú, ¡Deja de reírte! —Dijo mientras le daba un golpe en el hombro a Frank.

—¡Auch, eso dolió!

—Eso te pasa por burlarte de otras personas —Dijo Tory cruzada de brazos, y esta vez era yo la que no pudo contener la risa, contagiando a Frank, y finalmente también a la misma Tory,

—¡Oye! ¿Qué te pasó en la mano? —Exclamó Tory sorprendida al ver mi quemadura.

—¿Qué, esto? Es solo una quemadura que me hice al preparar el café esta mañana, me cayó un poco al intentar servirlo, supongo que aún estaba un poco dormida, pero ya no duele mucho —Dije para intentar tranquilizarlos, cosa que no fue tan efectiva como lo esperaba

Noah Porter - Un Choque entre mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora