Capítulo 4

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~Noah~

Recién atravesé la gran puerta de la barrera hacia el otro lado lo primero que vi fue a un gran número de personas agrupadas en un círculo, sin embargo no quise molestarme ni siquiera en ver que era aquello que observaban con tanta curiosidad, y por el contrario me dirigí a mi casa a darme una ducha y relajarme, al entrar supe que algo no andaba bien, pero no le di mucha importancia y entré a la ducha, después de refrescarme un poco fui a la cocina por algo de comer, pero Lyla no estaba por ningún lado.

—Qué raro, a esta hora Lyla ya estaría cocinando algo para los dos o solo para ella, pero ni un mensaje ha dejado...

Fue en ese momento cuando llamaron a mi puerta. —Buenas tardes, ¿Se les ofrece algo? —Pregunté un tanto confuso, no muchas personas iban a tocar a nuestra puerta

—Buenas tardes señor, venimos a informarle que estamos haciendo una rifa de 4 entradas para un concierto que se llevará a cabo este... —Le cerré la puerta en la cara, no quería lidiar con eso en este momento.

Decidí irme a dormir, recostado en mi cama comienzo a rememorar lo que he vivido, como he llegado a donde estoy, en mi labor en el ejército, en la compañía de Lyla, en mis padres...

Doy vueltas en mi cama e intento conciliar el sueño, pero no puedo evitar escapar una lágrima, que recorre mi cachete lentamente, tibia y cristalina, hasta caer en la almohada, ¿Por qué tuvieron que irse? Si, fueron unos héroes, pero... ¿Por qué ellos? ¿Por qué no otra persona? Ellos no merecían morir, ellos estaban destinados a alcanzar la cima, pero como soldados honorables, no como mártires.

Entre mis pensamientos caigo dormido, mi mente agotada no soportó mucho más tiempo y se apagó.

—Ehhh ¿Qué hora es? —Miro mi reloj y me apresuro a bajar— ¡Se me hizo tarde, mierda!

Bajo y no encuentro por ningún lado a Lyla —Seguro se habrá ido ya —Y salgo de casa casi volando para no llevarme ninguna represalia por parte de algún sargento.

A la distancia veo el batallón, así que disminuyo poro a poco mi velocidad, hasta cruzar la entrada, sudado y desarreglado, pero técnicamente a tiempo— Uff, por un pelo de calvo. —Camino por todos lados buscando al coronel Collins para que me dé ordenes de hacer algo, lo que sea, no soy muy quisquilloso, enserio necesito estar ocupado...

—¡Cadete Porter! —Gritó el coronel desde lejos.

—¡Finalmente! —Me dirigí rápidamente en dirección a donde me habían llamado, pero a medida que avanzaba veía como la expresión de enojo en el rostro del coronel se había cada vez más y más notoria— Oh vaya, creo que este es mi fin...

Al pararme al frente de aquella figura tan imponente y seria, pude sentir como mi sangre se helaba, me iba a dar una regañiza, precisamente el día de hoy, que horror.

Sin embargo, eso no fue precisamente lo que pasó...

—Hoy es el día ¿No? —Preguntó con total seriedad y respeto, me limité a asentir con la cabeza gacha— Lamento mucho que todo aquello ocurriera, pero recuerda que no debemos dejarnos llevar por sentimientos depresivos, debemos ser útiles y estar alerta en caso de que alguna eventualidad se presente, la fuerza de un ejército depende de todos y cada uno de... —Comenzó el coronel, dando el discurso de siempre acerca del deber y la unión, me limito a sonreír lastimeramente ya que, aunque suene mal, me importa poco todas y cada una de las palabras que él exprese sobre el tema...

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—¡Noah cariño, tu papá y yo nos vamos de expedición con el escuadrón Alpha! Hay comida en el refrigerador para cuando bajes a desayunar, volveremos en la noche ¿Oíste?

Noah Porter - Un Choque entre mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora