3 meses atrásTen hojeaba una a una las páginas del gran libreto que JunMyeon le había dado esa tarde. Muchas de sus líneas eran largas oraciones en un idioma que nunca había hablado antes, Chino mandarín, lo cual lo inquietó bastante.
Ya había aprendido dos idiomas extranjeros casi a a la perfección, pero tratándose de éste último, la dificultad no tenía punto de comparación. Apenas pudo entender unas cuantas palabras en todas esas hojas llenas de caracteres que jamás había visto en su vida.
El viaje a la capital del país, Beijing, estaba planeado para dentro de tres meses, meses en los que recibiría todo tipo de lecciones que para su sorpresa, su jefe pagaría. La última vez que recibió una oportunidad más o menos importante, tuvo que pagarle a sus instructores él mismo. "Nuestra agencia te ha dado todo lo que tienes, toda tu fama y fortuna es a causa de nuestro trabajo, que más da si gastas unos cientos de dólares" le reprochó JunMyeon cuando fue a discutir con él en esa ocasión.
Inesperadamente, ésta vez el hombre estaba dispuesto a invertir en las costosas clases de Ten sin ninguna condición, lo que significaría que no habría cabida para las quejas. Además tendría que esforzarse el doble para cumplir con su entrenamiento regular de ocho horas diarias. Solo de pensarlo, su cuerpo se sentía agotado.
Dejó sus gafas en la mesita de noche junto a la cama, dormir mientras aún pudiera hacerlo sería lo ideal. Con dos aplausos las luces de su habitación se apagaron, dejando solo el tenue brillo de la luna que entraba desde el balcón. Dió un último vistazo a la pantalla de su celular, 01:27 am, para después meterse entre las sábanas.
Justo empezaba a conciliar el sueño, cuando un ruido atrajo su atención. ¿Quién podría ser a ésta hora?
-¡Toc toc! ¿Alguien en casa?- escuchó una voz que le resultó extrañamente conocida, proveniente del exterior.
No quería ser grosero, ¿pero sería demasiado pedir esperar a la mañana siguiente? Incluso si se trataba de un asunto con la agencia, es molesto interrumpir el sueño de una persona de esa forma. Ignoró el llamado, esperando que dejaran de tocar a la puerta.
-¡Sé que estás ahí!- insistió aquella voz, subiendo un poco su volumen. No parecía tener intención alguna de irse.
-Aghhh- Volvió a encender las luces mientras se ponía sus pantuflas, quejándose entre dientes hasta que llegó a la entrada. -¡¿Qué quieres?!- gritó antes de siquiera poder ver el rostro del fastidioso hombre.-Oh, lo siento mucho...¿ya estabas dormido?- Jaehyun parecía realmente arrepentido de haberlo despertado.
-Yo...te veré mañana- dijo apenas audible mente antes de darse la vuelta.-¡No! ¡Espera!- Ten estaba avergonzado, ¿Cómo no había podido reconocerle?
-Ya que estás aquí, vayamos adentro ¿quieres?- dijo el tailandés tirando de la camisa del castaño, mientras le dedicaba una sonrisa de oreja a oreja, como forma de minimizar un poco la manera en que le había gritado segundos atrás.
Jaehyun se adentró al dormitorio de su amigo, comprobando por si mismo que los rumores eran ciertos, le habían dado uno mucho más grande y bonito desde la última vez que lo visitó. No le decían "el favorito de JunMyeon" en vano, pensó.
-¿Ya te has enterado?- preguntó Ten una vez ambos estuvieron dentro de la habitación.
-Es la razón por la estoy aquí- afirmó -Aunque para ser honesto...dudaba si debía venir a felicitarte o consolarte...-dijo mientras rascaba su nuca confundido.
-A decir verdad, creo que necesito un poco de ambos- dijo Ten tratando de contener su risa
-¡Me alegra escucharlo! Traje conmigo algunas cosas que podrían gustarte- Colocó la bolsa de tela beige que llevaba escondida detrás de él sobre la mesita de cristal frente al televisor, mientras tomaba asiento en el piso. Dentro había botellas de Soju acompañadas con una gran variedad de golosinas de todos tipos y sabores.
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𝐑𝐄𝐌𝐈𝐍𝐈𝐒𝐂𝐄𝐍𝐂𝐄 (密) 𝘓𝘜𝘛𝘌𝘕
RomanceTen recibió la oportunidad de su vida, pero no todo lo que brilla es oro. [Lucas x Ten]