Día 1 ; Fotografía

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Eijiro Kirishima era un fotógrafo muy popular en Japón, principalmente por sus fotografías a paisajes, la técnica del pelirrojo era irreal, tenía un talento innato para la fotografía.

Con tanto esfuerzo logró posicionarse entre los fotógrafos más codiciados, sin contar su belleza y amabilidad de persona, era toda una experiencia trabajar con o para él.

Kirishima sabía lo solicitado que era, por eso no trabaja para cualquiera, él sabía lo que valía, que tuviera una actitud amable no significaba que se dejaba engañar, era bastante perspicaz.

Si bien, ya con anterioridad había realizado una que otra sesión fotografía a diferentes modelos, nunca se había sentido tan nervioso al realizar una. Pero como no estarlo, si estaba a punto de fotografiar a su hermoso ex en una lencería bastante reveladora para los gustos del rubio.

No es que le hubieran roto el corazón o algo así, fue todo lo contrario.

Bakugou y Kirishima había comenzado a salir en eso de la segundo mitad del tercer año escolar en UA. El que dio el primer paso fue el rubio, una tarde de un día viernes, se encontraban en la masculina habitación del pelirrojo, tras jugar videojuegos, el rubio decidió confesarse al contrario, si bien Kirishima sabía que el sentimiento inicial de amistad que tenía, se esfumo desde el rescate de Bakugou, no estaba del todo seguro, pero para no lastimar al contrario con sus dudas, decide corresponder.

Todo iba relativamente bien, Bakugou era más dócil cuando estaba con él, y eso le encantaba, pero no podía dejar esa inseguridad de lado.

Cuando el año escolar finalizó, Kirishima decidió que era mejor cortar con Bakugou, no es que el rubio haya hecho algo mal, sino todo lo contario, era todo lo que alguna vez soñó. El problema era él, se sentía insuficiente para estar junto a Bakugou.

Con todo el dolor del alma decidió hablar de la formal más casual, primer error.

Katsuki no se lo tomo de buena manera, se sintió utilizado. Todo terminó en una gran discusión, cortando todo tipo de contacto entre ellos.

Aunque ya habían pasado varios años, Kirishima nunca pudo superar al contrario, no existía día en el que no se arrepintiera de su estúpida y apresurada decisión, Bakugou le entregó todo el cariño que una persona como él puede expresar, mientras que sus inseguridades no lo dejaron aceptar todo ese amor.

¿Qué por qué no lo busco antes? Fácil, la vergüenza era mayor, cuantos mensajes borró antes de apretar el botón de enviar, a cuantas reuniones faltó al saber que el contrario asistiría, no lo sabe, sólo sabe que su actitud no era nada masculina, estaba huyendo de alguien que probablemente era el amor de su vida.

Sabía que Bakugou se volvió una figura importante en el mundo del modelaje, al romper estereotipos de lo que hasta en ese entonces que considerado "belleza". Su actitud salvaje e indomable era lo que llamaba la atención, esos ojos rubí llenos de altanería y soberbia, su figura esculpida tras muchas sesiones en un gimnasio, una cabellera rubia como el sol, y una sonrisa igual de reluciente que el ocaso, el pack perfecto para cualquier tipo de marca, desde Avon hasta Dior.

Siendo esta última la que contrató a Kirishima para esta sesión.

Pero ya sea por casualidades de la vida, o un ente divino, estaban ahí.

Tan cerca, pero a la vez tan lejos.

Era una sesión privada, así que se encontraban únicamente ellos dos en esa habitación, Kirishima sabía que no tenía escapatoria, pero como todo un profesional se recompuso y dio dar una de sus mejores sonrisas.

-¡Oh! Bakugou, tanto tiempo sin verte, desde UA, no? Hahah...- bien Kirishima, bien hecho, no fue lo más elocuente, pero no había tartamudeado, un gran avance para alguien que lleva años evadiendo a su ex.

-¿Uh? Así que lo recuerdas, te felicito idiota, empecemos, quiero terminar pronto, el olor a rata de alcantarilla me asfixia.-Respondió el contrario mientras se posicionaba arriba del enredón blanco de la cama, despojándose de su bata color nude.

Ouch

Pero prefería su agresividad antes que su indiferencia.

La habitación era bastante sencilla, cortinas, cama, paredes, todo era blanco, para resaltar al rubio de tez nívea y su lencería de color burdeo, un contraste de colores bastante grande.

Que decir de Kirishima, quedó embobado al ver la figura del contrario, no iba a negar que si tiene una que otra foto de él en su celular, pero no es nada comparado al tener al real enfrente.

-A-Ah sí, por supuesto las fotos, las fotos.-intentó mantener la compostura mientras que sacaba la cámara fotográfica de su funda, a paso lento pero seguro se acercó a la cama quedándose un poco más de lejos de la orilla. -¿Estás listo?

-Eso debería preguntártelo yo- dijo socarronamente, moviéndose de su posición original para posar para el contrario.

-En-entonces comencemos- no podía ignorar cómo todas sus emociones se mezclaban, como el calor subía a sus mejillas, quería irse, no creía que fuera capaz de seguir conteniéndose.

Los primeros 25 minutos iba todo bien, Kirshima corregía un par de detalles y Bakugou, a regañadientes, obedecía.

Iba todo bien, pero cada vez las fotografías se volvían más y más sugestivas, Bakugou haciendo posiciones que llevaban a Kirishima a vagar en un limbo, intentaba despejarse de esos pensamientos pecaminosos que cada vez ganaban más terreno en su consiente, pero el sólo hecho de pensar que estás fotos todo el mundo podría verlas generaban en él un nudo en la boca de su estómago, un desagradable malestar.

-¿Por qué decidiste hacer este tipo de fotos?- Intento esconder sus celos a través del lente de la cámara, sin dejar de lado su labor, intentando parecer casual.

-¿Cómo que por qué? Porque quiero y porque puedo, idiota.- Bakugou estaba de espaldas a Kirishima, sentado sobre sus piernas, mirando por encima de su hombro al contrario, dejando caer el bretel derecho por su hombro. –Además, quería ver si de esta forma lograba llamar tu atención, parece que lo logré, estúpido pervertido.

-¡Oye! Quizás sea un estúpido, pero no un pervertido.-

-Tú otra cabeza parece que no piensa igual que tú.-

Kirishima por mero instinto llevo su mirada a su entrepierna.

Bakugou 1 – Kirishima 0

-Cómo sea pelos de mierda, supongo que ya acabamos- Bakugou se dispuso a ponerse la bata y retirarse del estudio, realmente esperaba una mejor reacción de Kirishima, lo extrañaba, y sabía que el contrario también, pero al parecer estaba equivocado.

-¿Uh? Bakugou espera- sin siquiera guardar su cámara, se gira para tomar la muñeca del contrario, sabía que el rubio no era ninguna princesa delicada, si quisiera podría dejarlo sin herencia ahí mismo, pero aun sabiendo esto, tomo su mano y lo miro fijamente. -¿Te gustaría salir conmigo? N-no me refiero que ahora mismo, podría ser otro día, cuando tu quieras, sé que tu agenda siempre está llena, pero ya sabes si tú, no sé, algún día salir, tu y yo, juntos, ay dios, sabes a lo que me refiero.- sentía su cara arder en esos momentos, pero si el destino le dio una oportunidad de volver a verlo, quien era él para rechazar esta oportunidad.

- Así que no eres tan cobarde como pensé, cómo quieras pelo de mierda, ya sabes mi número.- soltó su agarré rápidamente, sí, esperaba una reacción así, pero no sabía que su corazoncito no está listo para sentir como todas las emociones que alguna vez intento callar, volvían a renacer.

Kirishima no volvió a agarrarlo, lo dejó ir, porque a diferencia de antes, sabía que esa despedida no significaba un final, sino un comienzo, que esta vez, no estaba dispuesto a arruinar.

KiriBaku week! 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora