Prólogo
Este era su fondo.
Sabía que llorar no solucionaba nada, sabía que tirarse en el suelo tampoco y, peor aún, aceptaba que tener a Adele al máximo volumen lo empeoraba.
Pero él sólo quería deshacerse de ese dolor. Dejar de sentir que todo le ardía dentro.
¿Y si ella nunca había sido feliz a su lado?
¿Y si esos momentos que la sentía ida o rara en realidad eran porque quería estar con el otro sujeto?
¿Y si jamás lo había amado tanto como él a ella?
La última la tenía clara, era evidente que nunca lo había hecho.
La botella balanceaba entre sus dedos mientras entonaba Someone like you.
Nunca había bebido tanto como esa noche, porque hasta ahora no le atraía la idea.
Bailando una canción completamente distinta, empezó a quitarse el cinturón y el chaleco.
Empezó a sentir el frío de la noche hasta que una mano tocó su hombro.
- Amigo, no queremos llamar a la policía, vístete y vete –
Sintió un tambaleo pero se mantuvo estable.
- ¿Acaso no sabe quién soy? – alzó la mano y continuó hablando – Soy el cuernudo más grande de la ciudad.
- Necesito que te retires – respondió el hombre a su lado.
- ¿Dije ciudad? Quise decir universo – hacia caso omiso – creí que me esperaría hasta el matrimonio, yo la esperé y no soy cristiano. No me decía ni “mi toro” y resulté venado.
Alzó las manos nuevamente, continuando su baile, y su pantalón cedió finalmente. Fue cuando la sirena se oyó ahí mismo.
Era claro que podía llegar a caer más bajo.
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Protagonistas perfectos
RomansaNunca sabes que se dice por los pasillos. Nunca sabes lo que los demás opinan de ti... Excepto que lo leas en los baños. En un mar de chismes, Jade Silvester es una perra y Rafael Ruíz el novato más rudo; aunque ¿es totalmente verdad? Los pasillos...