XVIII.

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LOS MERODEADORES
Y W²












A White le ardían los ojos al despertar.

Sentía el cuerpo pesado y los párpados pegados, las lagañas en ellos dificultándole abrirlos. Le dolía un poco la cabeza y podía sentir el calor afectándola, las gotas de sudor bañando su frente, espalda y cuello. Podía percibir una sábana cubriéndola hasta el torso, lo que solo le generaba aún más incomodidad, estirando el brazo para sacársela de encima.

Una fuerza externa volvió a acomodar la sábana.

— Uhm, tengo calor.

— Esa es la idea, idiota.

White frunció el ceño, enderezándose de golpe en la cama. Su cabeza dolió ante el movimiento y y la luz del día la cegó, obligándola a esconderse debajo de las sábanas otra vez. Parpadeando varias veces, manteniéndola solo unos centímetros debajo de sus ojos y luchando con las lagañas para ver, trató de enfocar la cara frente a ella.

 — ¿Sirius?

— Ya era hora de que despertarás, esmeralda — bromeó Sirius, palmeando sus piernas cubiertas por las sábanas. White se quejó en voz baja ante el toque de Sirius, lo que provocó una mueca de parte de su hermano — Lo siento, olvido que sigues sensible. Al menos eres consciente, James sigue recuperándose.

— ¿Qué? — balbuceó, apoyándose en la cama y tratando de que su cuerpo no se tambaleara al sentarse. Sirius se alejó unos centímetros, dejándola acomodarse y quitando la primera capa de mantas que la cubría — ¿Qué sucedió con James? ¿Por qué...?

— Tranquila, azul, nos dijeron que no debías alterarte — Sirius detuvo su verborrea, y solo porque se sentía algo mareada y quería saber de qué estaba hablando (además, lo que sucedió a James), dejó pasar el hecho del cambio a su nombre — James está bien, mucho mejor que hace unos días seguro. Y bueno, por poco y te incineras viva, pero ya se resolvió. 

White se preguntó si acaso Sirius conocía lo que era la palabra tacto. Casi al instante, se respondió mentalmente que era poco probable, por lo que ignoró la sonrisa ladina que le estaba regalando al decir de su momento de muerte prematura a causa del fuego.

— ¿Y qué pasó con James? — replicó, ahogando un bostezo contra su mano. Seguía parpadeando para mantener los ojos abiertos — Tenía entendido que es inmune al fuego.

Sirius borró un poco su sonrisa.

— Lo es, creo — reconsideró sus palabras, ladeando la cabeza mientras estudiaba su expresión — A lo que no es inmune es a que apaguen su propio fuego. ¿Recuerdas un poco lo que sucedió?

INFINITY ━━ james potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora